Durante la Misa de la Cena del Señor, los prelados recordaron la lección de humildad que dio Cristo a los apóstoles, y animaron a reflexionar sobre la comunión con los hermanos.
Francisco presidió la Misa in Cena Domini en la prisión para mujeres de Rebibbia, en Roma. Ante reclusas y personal penitenciario, insistió en la necesidad de imitar a Jesús en la vocación de servicio