León XIV subrayó la importancia de dar testimonio en las situaciones más difíciles. Las catástrofes y el sufrimiento no perduran, a diferencia de la alegría de quienes reconocen a Jesús como Salvador.
El Papa pidió un alto el fuego y oró por las víctimas de la guerra -entre ellos niños, ancianos y enfermos- y del tifón en Filipinas, llamando a construir la paz mediante el diálogo y la compasión.
En la Fiesta de San Juan de Letrán, el Papa recordó que la grandeza de la Iglesia no está en sus templos, sino en Cristo y en los creyentes que viven su Evangelio con fe y unidad.
Fue tras el rezo del Ángelus, cuando invitó a seguir con las oraciones a favor de esos lugares que siguen sufriendo las consecuencias de las guerras. Preocupación por la situación en Myanmar.