"Un día encontraremos de nuevo las cosas y las personas que se han ido, no perderemos nada de lo que hemos construido y amado, porque la muerte será el comienzo de una nueva vida", reflexionó.
"La verdadera riqueza no son los bienes de este mundo, sino ser amados por Dios y aprender a amar como Él", recordó el pontífice, en su reflexión previa a la oración mariana del Ángelus.
"Sigo con dolor y preocupación el alargamiento y la intensificación del conflicto", expresó tras el rezo del Ángelus y aseguró: "Rezamos por las víctimas, sus familias. Rezamos por la paz".
Reconoció que no es fácil seguir al Señor, pero afirmó que cuanto más uno se acerca a Él, más se adhiere a su Evangelio, ya que sólo Él posee las "palabras de vida eterna", como subraya san Pedro.