Fiesta en Gualeguaychú por dos nuevos diáconos transitorios y otro permanente

Juan Pablo Grané, Valentín Bentancour y Raúl Medina recibieron su ordenación del obispo, Mons. Héctor Zordán, en la catedral local.

El obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Zordán M.Ss.Cc, ordenó el viernes 4 de octubre, en la misa que celebró en la catedral local dedicada a San José, a dos diáconos camino al sacerdocio, los seminaristas Juan Pablo Grané y Valentín Bentancour, y al diácono permanente Raúl Medina. 

Concelebraron la Eucaristía el obispo auxiliar de Mercedes-Luján, monseñor Mauricio Landra; el obispo emérito de Goya, monseñor Ricardo Faifer; y varios sacerdotes. Participaron también diáconos y fieles de diversas comunidades. 

En la homilía, monseñor Zordán recordó que "hoy desbordamos de alegría por la ordenación diaconal de estos dos jóvenes, que han hecho un largo camino formativo en la comunidad de nuestro seminario diocesano, de la mano de tantos sacerdotes y laicos que ofrecen sus mejores energías para la formación sacerdotal; y de este hombre ya maduro que, después de mucho tiempo compartiendo la vida de comunidad en la parroquia Asunción de María, y habiendo transcurrido un período de discernimiento y formación, ha pedido recibir el sacramento del orden sagrado para ser diácono permanente, compartiendo su ministerio con su situación familiar y laboral".

El prelado señaló que "pensar el diaconado sólo como ayudante litúrgico del presbítero o del obispo es reducir o achicar la riqueza del ministerio diaconal. Los diáconos fueron instituidos para ser evangelizadores desde el ejercicio de su ministerio, ya sea predicando la Palabra, animando comunidades, ejerciendo la caridad en nombre de la Iglesia, presidiendo la celebración de algunos sacramentos, colaborando en la liturgia, administrando los bienes de la comunidad cristiana y organizando la pastoral, entre tantos otros ámbitos".

Además, recordó el estilo misionero del apóstol Felipe, el cual -aseguró- "es ejemplar para ustedes, diáconos: él es alguien que los ha precedido en el ejercicio del ministerio diaconal. Pero es también modélico para todos nosotros, porque Felipe, como nosotros, es un discípulo misionero de Jesucristo, un bautizado y enviado. La Palabra de Dios es siempre viva y eficaz: hace lo que expresa y realiza lo que dice. Esa Palabra ha sido dicha solemnemente para nosotros en esta celebración". 

"Le pedimos a Dios -a Él, que ha pronunciado esa Palabra- que con su eficacia transforme nuestras vidas, nuestro modo de ser discípulos, nuestro compromiso cristiano. Le pedimos que nos convierta. A ustedes -Raúl, Valentín, Juan Pablo-, les deseo que sean diáconos al estilo de Felipe. Y nosotros, discípulos de Jesús, nos deseamos unos a otros ser discípulos misioneros, también a su modo y siguiendo su ejemplo", finalizó.

Luego de la celebración, se llevó adelante un ágape fraterno en el salón del centro Luján.+