Jueves 25 de abril de 2024

Dos consagradas harán sus votos en la diócesis de Posadas

  • 26 de noviembre, 2019
  • Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, presidirá la misa
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En una misa presidida por el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, el miércoles 27 de noviembre a las 20 en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, hará su profesión de votos perpetuos Andrea Carmen Rojas, y sus primeros votos temporales Susana Mabel Hausser.



Ambas son miembros de la comunidad de Consagradas Diocesanas “Custodias del Santísimo Sacramento” pertenecientes a la diócesis de Posadas, y se consagran a Dios bajo el lema: “Se alegra mi espíritu, en Dios mi Salvador”.



Con los votos perpetuos, Carmen Andrea Rojas se compromete definitivamente, de por vida, con Dios y con la Iglesia diocesana, a vivir los consejos evangélicos, el carisma y la espiritualidad propia de la comunidad de Consagradas Diocesanas Custodias del Santísimo Sacramento, siguiendo a Jesucristo, para amar y servir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, llevando la presencia de Jesús a todos los ambientes, imprimiendo el carisma y el espíritu de los primeros fundadores: “Adorar a Jesús Eucaristía”.



Con los primeros votos temporales, Susana Mabel Hausser, después de un período de preparación (noviciado) y de conocer el carisma, la historia, espiritualidad de la comunidad, opta libre y conscientemente por ser laica consagrada diocesana “Custodia del Santísimo Sacramento”.



Susana con estos primeros votos, asume por primera vez y públicamente los votos evangélicos: pobreza, castidad, obediencia, y se compromete a cumplirlos por un período de tiempo, tras el cual irá renovando su promesa.



Ambas desean seguir a Jesucristo consagrándole su laicado como mujeres de nuestro tiempo, para ser testigos del Evangelio en el mundo y responder con fidelidad el carisma recibido: “Ser Eucaristía: Pan que se parte y reparte y Vino que sabe a presencia”.



La comunidad expresó su alegría “por esta celebración, por los regalos que Dios nos hace”. “Ellas ya sirven a Dios y a sus hermanos desde las realidades del mundo, es decir, desde sus trabajos, con sus amigos, dentro de la sociedad y la Iglesia diocesana”.



“Como custodias del Santísimo Sacramento estamos llamadas a ser sal de la tierra, como Jesucristo lo quiere. Pedimos a Dios que esta comunidad crezca, se multiplique y dé muchos frutos”, rezaron.+