Viernes 19 de abril de 2024

Culminación del Año de la Fe en la catedral rosarina

  • 25 de noviembre, 2013
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
Una multitud de fieles de movimientos, asociaciones y de las parroquias, y miembros de la Acción Católica que en la fiesta de Cristo Rey celebran su día, colmaron la catedral de Rosario para culminar el Año de la Fe. La misa fue presidida por el arzobispo de Rosario, Mons. José Luis Mollaghan, y concelebrada por el vicario general Mons. Emilio Cardarelli, y 20 sacerdotes de la arquidiócesis. Después de la homilía se renovaron las promesas bautismales, en las que los fieles manifestaron su fe en Jesucristo. Al término de la misa se realizó un gesto misionero frente al Monumento a la Bandera, organizado por los jóvenes de la Acción Católica. Allí se recordó que la fe se transforma en vida, y la vida se acrecienta dándola. Una suelta de globos le dio a este momento un final alegre compartido por los presentes.
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Una multitud de fieles de movimientos, asociaciones y de las parroquias, y miembros de la Acción Católica que en la fiesta de Cristo Rey celebran su día, colmaron la Catedral de Rosario para culminar el Año de la Fe, unidos espiritualmente a la celebración del papa Francisco en Roma.

La misa fue presidida por el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, y concelebrada por el vicario general monseñor Emilio Juan José Cardarelli, y veinte sacerdotes de la Arquidiócesis. Participaron en la celebración los seminaristas y los diáconos ordenados este año.

Después de la homilía se renovaron las promesas bautismales, en las que los fieles manifestaron su fe en Jesucristo, e hicieron su renuncia al mal y al pecado, y prometieron su adhesión a Dios y a su Iglesia.

Al término de la Misa se realizó un gesto misionero en el Pasaje Juramento, frente al Monumento a la Bandera, organizado por los jóvenes de la Acción católica. Allí se recordó que la fe se transforma en vida, y la vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad egoísta. Una suelta de globos con intenciones en su interior y la distribución de una estampa con una oración del Papa le dio a este momento un final alegre compartido por los presentes.

Al mismo tiempo, en todas las parroquias y capillas de la arquidiócesis se celebraron misas por esta intención.

El Reino de Dios está unido a la cruz, al perdón y al amor
En la fiesta de Cristo Rey, dijo monseñor Mollaghan en su homilía, culminamos el Año de la Fe que inició el papa Benedicto XVI, recordándonos que las puertas de la fe están abiertas para todos; y que hoy culmina el papa Francisco, quien lo clausura en esta solemnidad de Jesucristo Rey.

"El año de la Fe -expresó el arzobispo- nos permitió reafirmar el profundo valor del encuentro con Cristo y ahondar en el Credo la verdad de lo que creemos y vivimos. Una etapa de la vida de la Iglesia que nos abre un horizonte de una vitalidad siempre renovada, en la que Cristo está en el centro de nuestra fe".

"Celebrar esta culminación en la fiesta de Cristo Rey, nos permite reafirmar que creemos en Él y en el reinado del Señor. Es creer que este Reino ya iniciado que Jesús anunció al comenzar su vida pública, debe llegar a su plenitud", añadió.

"Para hablarnos del Rey -continuó el prelado-, la liturgia nos habla de la cruz, porque es en la pasión cuando Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, nos manifiesta que es rey, y nos habla de su Reino. Porque el Reino de Dios está unido a la cruz, está unido al perdón, está unido al amor".

"Jesucristo reina en la cruz y en la gloria. Por la fe creemos que Jesucristo nos redime, nos salva, quiere saldar la deuda que la humanidad entera había contraído con Dios. Así reina el Señor, sin violencia, y sin otro triunfo en este mundo que la victoria del amor en el interior de cada uno, en el corazón de las familias y de las comunidades, y finalmente en la humanidad. Ni siquiera nos prometió el cielo en la tierra, sino que nos invitó a encontrarnos con Él, a imitarlo y por la fe seguir su camino", explicó el arzobispo.

En la parte final de la homilía, monseñor Mollaghan dijo que "como un fruto del Año de la Fe, debemos manifestar la alegría de creer y ser cristianos, de formar parte de la iglesia arquidiocesana con un compromiso duradero, y encontrar cada día en el encuentro con Cristo presente en la Eucaristía, el entusiasmo para vivir y comunicar la fe", y también "el fruto del Año de la Fe nos debe impulsar a acercarnos a quienes sufren y nos necesitan, ser para ellos una presencia fraterna que los acompaña, haciendo visible por la caridad, que Dios también está cerca de ellos, los fortalece y los ama", porque "el proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Por eso nos pide que proclamemos que su Reino está entre nosotros. Se trata del Reino de la vida, de una vida plena para todos".+