Jueves 21 de noviembre de 2024

Celebraron los 70 años de la Casa del Clero

  • 7 de noviembre, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
Con una misa concelebrada, que presidió Mons. Arancedo, arzobispo emérito de Santa Fe, se festejó el 70 aniversario de la piedra fundamental de ese edificio donde residen sacerdotes
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Los 70 años de la Casa del Clero, fundada por el arzobispo de Buenos Aires cardenal Santiago Luis Copello, fueron recordados con una misa concelebrada el viernes 28 de octubre en la capilla ubicada en el tercer piso de ese edificio, en Rodríguez Peña 846.

Presidió el oficio religioso el arzobispo emérito de Santa Fe y ex presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, y concelebraron la misa el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la zona Centro, monseñor Luis María Baliña; el obispo emérito de San Rafael, monseñor Eduardo Taussig, y varios sacerdotes que residen en ese centro.

Se hicieron presentes también el obispo auxiliar de Buenos Aires y provicario general, monseñor Joaquín Sucunza, y monseñor Antonio Aloisio.

El edificio. Allí funcionó AICA
La Casa del Clero es un edificio de siete pisos -más una terraza con jardín y algunas dependencias- con numerosas habitaciones donde residen sacerdotes de modo permanente y transitoriamente paran clérigos del interior o del exterior que llegan a Buenos Aires. Ocasionalmente puede hallar alojamiento algún laico vinculado a instituciones católicas.

El edificio cuenta con una capilla, comedor y cocina, así como salas para reuniones y salitas para recibir invitados. En él funcionan las oficinas de la vicaría Centro del arzobispado porteño, así como del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec). También tiene su sede allí, en el cuarto piso, la Asociación Eclesiástica de San Pedro, mutual del clero.

Con entrada separada, en la esquina de la planta baja hay un amplio local con vidrieras a la calle de la Librería Claretiana.

La Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) funcionó en ese edificio desde fines de los años 50 hasta su traslado en 1983 a Rivadavia 413 y en 2000 a su sede actual, Bolívar 218.

En su momento también estuvo en el primer piso de Rodríguez Peña 846 el Servicio del Libro de la Acción Católica Argentina, y otras dependencias de esa institución de apostolado laical. Ocasionalmente han desarrollado actividades otras entidades católicas, como Caritas. 

Hasta hace pocos años, administraban la casa las hermanas Siervas del Espíritu Santo.

Ubicación
La Casa del Clero se encuentra en un terreno donado a la Iglesia por Petronila Rodríguez –cuyo nombre lleva una plazoleta enfrente de la entrada del edificio-. Se encuentra junto a la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, cuyo segundo templo donó Petronila Rodríguez en el lugar donde su padre había levantado una primitiva capilla con esa advocación, según recordó, consultado por AICA, el presbítero Ricardo Larken, residente en la Casa del Clero y ex párroco de esa parroquia. Por la calle Paraguay la Casa linda con el colegio del Carmen, también en terreno cedido por esa misma donante, que donó también al Estado para levantar una escuela en el predio donde se encuentra el Ministerio de Educación de la Nación.

Cómo surgió la iniciativa
Lamentablemente la quema de la Curia porteña en 1955 hizo perder muchos documentos que podrían certificar procesos históricos. Pero se conserva una carta posterior, del 16 de junio de 1956, enviada por quienes estaban a cargo de la comisión central de la Casa del Clero Cardenal Copello, monseñores Manuel Tato (obispo titular de Aulón) y monseñor Antonio Aguirre, dirigida a quien siendo arzobispo de Córdoba había sido designado por el papa Pío XII administrador apostólico “sede plena” del arzobispado de Buenos Aires, monseñor Fermín Lafitte, apenas dos meses antes, el 5 de abril de 1956.

Recuerdan que al celebrarse las bodas de oro sacerdotales del cardenal arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, Dr. Santiago Luis Copello, surgió la iniciativa de perpetuar tan grato acontecimiento construyendo la Casa del Clero, que llevaría su nombre, y ofrecería a los sacerdotes diocesanos y regulares, todo aquello que legítimamente pudieran necesitar o desear, en orden a su vida y apostolado.

Campaña para juntar fondos
Informado el cardenal, que desde el primer momento había expresado su propósito de no recibir obsequio alguno de carácter personal, aceptó este homenaje que sería en beneficio de los sacerdotes que habían colaborado con él y, de los que en el futuro continuarían trabajando en la Arquidiócesis. Cabe recordar que durante su prolongado gobierno de casi tres décadas el cardenal Copello construyó en la ciudad 73 iglesias. Monseñor Aloisio, que siendo seminarista lo trató y lo recuerda con afecto, como un hombre de Dios, contó a AICA que el cardenal dijo que no había querido hacer iglesias muy grandes sino que cada barrio tuviera su parroquia.  

“Se inició, entonces –dice la carta-, una gran campaña para recoger los fondos necesarios y merced a la comprensión y generosidad del clero comunidades y fieles, en poco tiempo fue recaudada la cantidad de 1.700.000 pesos moneda nacional.”

“El 26 de octubre de 1952, su eminencia el cardenal Copello, en nombre y con la autoridad del Padre Santo, bendijo la piedra fundamental.

Aliento de Pío XII
El papa Pío XII, a quien se le hizo conocer el proyecto, expresó su complacencia. En una carta autógrafa, del 12 de mayo de 1953, escribió al cardenal: "...Has determinado erigir la Casa del Clero, en la que viviendo los ministros sagrados puedan ejercer con mayor facilidad y eficacia sus funciones. Por esta iniciativa, tan útil y oportuna, amado hijo nuestro, te felicitamos; efusivamente y con insistentes preces suplicamos a Dios que ésta y las demás iniciativas piadosas, apoyadas por todos los buenos, logren el feliz éxito tan anhelado”.

Y en otra carta similar, el 2 de junio de 1953, añadía: "La Casa del Clero, que Dios haga pronto una consoladora realidad, ofrecerá en la Capital a los ministros del santuario, un ambiente completamente sacerdotal, decoroso albergue y condiciones que favorezcan su piedad, su amor al estudio y sus anhelos de apostolado”.

Construcción paulatina
El 8 de diciembre de 1953 se consagraron las obras, que habían de iniciarse al día siguiente, a María Santísima Reina del Clero. “Con su manifiesta protección y la generosa ayuda de todos, se pudieron construir con asombrosa rapidez las estructuras de hormigón y la mampostería”, dice la carta citada.

“En 1955, la persecución religiosa creó serias dificultades –continúa-. Providencialmente, la Junta Central de la Acción Católica Argentina, ante la inminencia de la cancelación de su personería jurídica y el peligro de perder todos sus bienes, resolvió invertir en la obra la suma de 650.000 pesos que tenía en efectivo, con la condición de que, restablecida la normalidad, tendría derecho a instalar en ella su sede y facilitar residencia a sus asesores. Resolvió entonces la Comisión continuar los trabajos, hasta habilitar los pisos segundo y tercero, esperando proseguir luego la obra paulatinamente, a medida que se fueran consiguiendo fondos.”

Fue sede provisional de la Curia
Destruido el edificio de la Curia Eclesiástica el 16 de junio de 1955, ésta se estableció provisoriamente en el colegio del Carmen, pero transcurrido algún tiempo y ante la imposibilidad de otra solución, se convino en adaptar para la Curia la planta baja y el primer piso del edificio de Rodríguez Peña 846. Así, en marzo de 1956 pudieron instalarse y funcionar con bastante normalidad en la Casa del Clero las oficinas de la Curia Eclesiástica.

Faltaba terminar la obra. “Actualmente, para dejar habilitados todos los pisos y colocar el ascensor, sería necesario disponer de 500.000 pesos más o menos”, decían Tato y Aguirre en 1956 al arzobispo Lafitte, que había dispuesto residir allí. Luego, en 1958, la Curia se trasladó a la vieja casona de Suipacha 1032 que había sido residencia presidencial durante el mandato de Roberto M. Ortiz y que ahora es sede de la Conferencia Episcopal, y en 1981 terminó trasladándose a Rivadavia 413. (Jorge Rouillon)