Unos 25.000 fieles participaron de la conmemoración de la entrada festiva de Jesús en Jerusalén, que marcó el inicio de la Semana Santa. En lugar de homilía, hubo un momento de silencio y oración.
En su alocución previa a la oración mariana desde el balcón del Palacio Apostólico, el Papa pidió invocar a Jesús "donde sentimos que las cadenas del mal y del miedo aprietan con más intensidad".
Francisco recibió, en el Vaticano, a las delegaciones de los lugares de origen del árbol de Navidad y del pesebre que este año serán expuestos en la Plaza de San Pedro.
En el Regina Coeli del Domingo, Francisco explicó que Jesús llevó nuestra humanidad al cielo, abriéndonos el camino a seguir para vivir para siempre en el paraíso como hijos del Padre.