El arzobispo de Buenos Aires reflexionó en torno a la parábola del Hijo Pródigo y exhortó a este llamado que hace la Iglesia para la Cuaresma: "Es la alegría de la conversión".
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, celebró la misa del tercer domingo de Cuaresma en la parroquia Sagrado Corazón, de Luján.
El obispo de Río Gallegos advirtió el riesgo de "creerse dueños de la verdad", y, de esa forma, "endurecer el corazón".
El obispo resumió en tres puntos el Evangelio y las lecturas de este domingo: la invitación a interpretar los signos en la realidad, la urgencia de conversión, y la paciencia de Dios.