Mons. Santiago presidió la misa y destacó que el servicio del diácono no se limita a la comunidad, sino que abarca a su familia y se realiza en la cotidianidad del hogar, el trabajo y los ministerios.
Participaron de una jornada que incluyó una instancia de formación sobre prevención de abusos, una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.
Se trata de Juan Pablo Mora y Lorenzo Barros, de las comunidades de Monte Grande y Guernica. El obispo los llamó a "ser testigos, servidores de la comunión en la Iglesia".
El arzobispo agradeció el servicio de los diáconos permanentes en la Iglesia, a quienes definió como "presencia visible de Aquel que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por todos".