El arzobispo de Córdoba anima a levantar la mirada, "en este tiempo en el que hay tantas circunstancias para bajarla", para fijarla en el Señor, que desde la Cruz nos salva.
El arzobispo de Córdoba afirmó que desmantelar el corazón no es fácil, por lo que llamó a tener una fe muy confiada en Dios y en su poder, para reconstruir algo nuevo sobre lo destruido.
El arzobispo de Córdoba propuso dos desafíos a la comunidad para "tiempos difíciles", e invitó a vivir las próximas fiestas "junto a los pies del Niño Jesús", agrandando el corazón y la mesa.
El arzobispo de Córdoba instó a perdonar al prójimo, lo cual sigue siendo una exigencia evangélica y lo que más nos asemeja al Señor. Resaltó al respecto que Dios enseñó el camino de la compasión.