El administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén en Tierra Santa, monseñor Pierbattista Pizzaballa, señaló, en su mensaje navideño, que la Navidad es una "luz que nadie puede detener", a pesar de las difíciles circunstancias de la vida y en especialmente las que padecen en la región.
En su primer Mensaje de Navidad como obispo de Salto, Uruguay, monseñor Fernando Gil, invita a vivir los valores que "harían de la Navidad un tiempo más sagrado y fraterno: el reconocernos todos ?peregrinos´ hacia la casa del Padre; la `solidaridad´ y el saber compartir; el abrir la puerta a otros; la ?comunión de bienes? de lo que tenemos y de lo que somos; el ?reconocer el signo» de la presencia de Dios en la vida frágil de un niño por nacer; la confianza en la providencia de Dios que siempre guiará nuestros pasos para la construcción de un mundo mejor".
El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, invitó a la comunidad diocesana a renovar el compromiso y la identidad cristiana. "El cristiano tiene que hacerse ofrenda, tiene que salir al encuentro de los otros, cada día, en esa realidad, en ese contexto que hoy nos circunda; para ofrecerse, para donarse, para compartir, para entregar sus dones, sus riquezas, sus bienes, con sencillez, con alegría", precisó en su mensaje de Navidad.
"Hoy está aquí para llevarnos de nuevo a la fuente, donde se puede beber agua de vida, paz, amor y esperanza. Aparentemente débil, ese niño es mi seguridad, mi fuerza, mi roca. Aparentemente inútil, ese niño es lo que más necesito", destacó en su mensaje de Navidad el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández.