El arzobispo contó situaciones de personas que pasan hambre y las contrastó con "el despilfarro ostentoso" de quienes tiran la comida. "Es obsceno el desperdicio de lo que para muchos es inalcanzable"
"No solamente el pan de harina", planteó y recordó que se trata de que, a partir de cada Eucaristía, cada uno "sea Cuerpo de Cristo para los demás, alimento para tantos hermanos con los que me cruzo".
"La solidaridad y la acción inmediata son esenciales para asegurar que todos tengan acceso a una alimentación digna y saludable", expresó la Mesa de Diálogo por la Dignidad en las Periferias.
"Que nunca más haya que reclamar comida es tarea de todos, empezando por el Estado", reclaman los curas villeros. "Trabados en la pelea por los alimentos, no podemos avanzar en la verdadera inclusión"