El Papa denunció el "fracaso colectivo" y la "culpa histórica" de la humanidad ante el hambre. 673 millones de personas se acuestan sin comer, dijo y condenó el uso de la comida como arma de guerra.
El arzobispo contó situaciones de personas que pasan hambre y las contrastó con "el despilfarro ostentoso" de quienes tiran la comida. "Es obsceno el desperdicio de lo que para muchos es inalcanzable"
"No solamente el pan de harina", planteó y recordó que se trata de que, a partir de cada Eucaristía, cada uno "sea Cuerpo de Cristo para los demás, alimento para tantos hermanos con los que me cruzo".
"La solidaridad y la acción inmediata son esenciales para asegurar que todos tengan acceso a una alimentación digna y saludable", expresó la Mesa de Diálogo por la Dignidad en las Periferias.