El jefe de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, de visita en Polonia, se reunió con el presidente del episcopado local y luego juntos abrazaron a los refugiados que huyen de la guerra.
Muchas personas se están "muriendo de hambre" y no sólo "por las balas del invasor", aseguró hoy el arzobispo mayor de la comunidad católica ucraniana y denunció "deportaciones forzadas" a Rusia.
Al analizar la dimensión espiritual del crisis bélica, el patriarca católico consideró que es "la confrontación más reciente de la manifestación del bien -la verdad de Dios-, y del mal -del diablo-".
Un balance de la organización caritativa internacional, arroja 2.421 víctimas civiles, 3.389.044 refugiados (incluidos al menos 1.500.000 de niños) y casi 6.500.000 de desplazados internos.