Sábado 27 de abril de 2024

Odontólogo, y desde mañana, también diácono camino al sacerdocio

  • 17 de mayo, 2013
  • San Carlos de Bariloche (Río Negro) (AICA)
Mañana, sábado 18 de mayo, el administrador diocesano de San Carlos de Bariloche, monseñor Fernando Maletti, ordenará al seminarista Ricardo Gabriel Belfiore como diácono en camino al sacerdocio presbiteral, en una celebración eucarística que se llevará a cabo en la catedral de Nuestra Señora del Nahuel Huapi, a las 11. Luego de que el obispo le imponga las manos, Belfiore será diácono, pero a la vez odontólogo. Con 43 años, ejerció hasta hace poco dicha profesión. Su camino de discernimiento comenzó unos diez años atrás, cuando veraneando en el sur conoció a monseñor Maletti y le propuso misionar en Bariloche con una parroquia de Córdoba de donde es oriundo. Para quienes estén pensando que tal vez tengan vocación, agregó, citando a Juan Pablo II: "No tengan miedo, la causa de Jesucristo vale la pena".
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Mañana, sábado 18 de mayo, el administrador diocesano de San Carlos de Bariloche, monseñor Fernando Maletti, ordenará al seminarista Ricardo Gabriel Belfiore como diácono en camino al sacerdocio presbiteral, en una celebración eucarística que se llevará a cabo en la catedral de Nuestra Señora del Nahuel Huapi, a las 11.

Luego de que el obispo le imponga las manos, Belfiore será diácono, pero a la vez odontólogo. Con 43 años, ejerció hasta hace poco dicha profesión. Su camino de discernimiento comenzó unos diez años atrás, cuando veraneando en el sur conoció a monseñor Maletti y le propuso a misionar a Bariloche junto a los miembros de una parroquia de Córdoba, de donde es oriundo.

De esta manera ingresó Belfiore a la diócesis, misionando en la Línea Sur, en Ramos Mexía. ". No imaginaba que tiempo después descubriría que este era el lugar que Dios me tenía preparado para que se cumpliera su ?proyecto? en mi vida", expresó en estos días previos a su consagración.

Luego de un prolongado camino de discernimiento en compañía del presbítero Juan José Ribone, hoy fallecido, la Providencia lo condujo de nuevo a Bariloche, donde el sacerdote con el que misionaba se encontraba de misión, cedido por la arquidiócesis de Córdoba. "Me dijo que el Obispo Maletti sabía mi situación y que si yo quería hablara con él. Así lo hice y comenzamos el diálogo vocacional que terminó en mi ingreso al seminario patagónico San Pedro y San Pablo en 2006", resume el acólito.

Tras 6 años de formación en el seminario patagónico San Pedro y San Pablo, en el barrio porteño de Villa Devoto, Belfiore realizó un año de tareas pastorales en Pilcaniyeu y Comallo. Actualmente cumple su misión en la parroquia María Madre de la Iglesia, de Bariloche, y viaja a Ñorquinco cada 15 días para atender a la población de los parajes de la zona.

En la actualidad, la diócesis cuenta sólo con dos vocaciones: la del mencionado y la de Adrián Patricio Stanizzo, quien se encuentra en el sexto año de formación. Por tanto, podrían pasar años hasta que haya nuevos sacerdotes.

Belfiore asegura que Dios llama: "Hay alguien más allá que te va enamorando, te seduce y en un momento llena toda tu vida. Vocaciones hay, pero lo que le falta a los jóvenes es perseverar en las pruebas, algo muy propio de la crisis de nuestro tiempo. Ante la más mínima dificultad, lo que nos sale más fácil es decir ?yo me voy?, y esto pasa en todo? se ve en las carreras universitarias, en el matrimonio, en todas las realidades. Todos le escapamos al compromiso cuando las papas queman. Pero Dios sigue llamando, y sigue enamorando".

Para quienes estén pensando que tal vez tengan vocación, agregó, citando a Juan Pablo II: "No tengan miedo, la causa de Jesucristo vale la pena".+