Mons. Uriona, a un nuevo diácono: 'Vivir las bienaventuranzas como programa de vida'
- 5 de noviembre, 2024
- Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Río Cuarto ordenó al seminarista Ramiro Sinfreu en la parroquia San Martín de Porres, y durante la ceremonia recordó que el diaconado es un servicio.
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, presidió el 1° de noviembre la ordenación diaconal del seminarista Ramiro Sinfreu en la parroquia San Martín de Porres, de esa ciudad cordobesa.
La celebración, que reunió a familiares, amigos y miembros de la comunidad parroquial, coincidió con la solemnidad de Todos los Santos.
Durante su homilía, monseñor Uriona destacó que la parroquia contará ahora con dos diáconos de vocaciones diferentes: Marcelo, diácono permanente casado, y Ramiro, diácono en tránsito hacia el sacerdocio.
Asimismo, recordó que el diaconado es un ministerio centrado en el servicio, desafiando a Sinfreu a "ir configurándose paulatinamente a Cristo Siervo".
Monseñor Uriona señaló que el servicio del diácono, que incluye bendecir, proclamar el Evangelio, predicar y celebrar bautismos y matrimonios, es una forma de ejercer el ministerio, pero no la única ni la más importante.
"El servicio al pueblo de Dios, en especial a los más pobres, ha de ser tu objetivo central y, en tu caso particular, también la transmisión de la Palabra de Dios a través de la enseñanza, desde el carisma que el Señor te regaló", expresó.
Reflexionando sobre la coincidencia de la ordenación diaconal con la festividad de Todos los Santos, el obispo riocuartense enfatizó que la santidad se alcanza viviendo las bienaventuranzas, deteniéndose especialmente en el pasaje que dice: "Felices los pobres de espíritu porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos".
Asimismo, explicó que ser "pobre de espíritu" significa poner toda la esperanza en Dios, reconociendo su bondad, poder y misericordia.
Monseñor Uriona concluyó su homilía invitando a Sinfreu a vivir las bienaventuranzas como programa de vida, "un modo de ser feliz a contrapelo de la propuesta de este mundo"; y le deseó que el ejemplo de los santos sea una fuerza motivadora para vivir su condición de "servidor" bajo el amparo de María de Luján.+