Fueron incorporados al clero de la diócesis mediante la imposición de manos realizada por el obispo local, monseñor Gustavo Zurbriggen, el sábado 9 de marzo.
El arzobispo porteño les recordó que la vida pastoral "no es un manual, sino una aventura eucarística", y los animó a vivir su ministerio siendo testigos del Resucitado con alegría y pasión.
El obispo le recomendó al ordenando la compasión como base de su ministerio y lo animó a estar siempre disponible a la voluntad de Dios: "Jesús es un diácono en obediencia".
El obispo local, monseñor Adolfo Uriona, confirió el diaconado permanente a Enrique José Bianchi. La misa fue celebrada en la parroquia Santa María Teresa Goretti