Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Stanovnik: "El Espíritu Santo nos lanza hacia afuera, hacia la misión"

  • 2 de junio, 2020
  • Corrientes (AICA)
El arzobispo de Corrientes presidió el sábado 30 de mayo la Vigilia de Pentecostés
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El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, presidió el sábado 30 de mayo la misa de la Vigilia de Pentecostés.



“Estamos aquí esta noche, reunidos alrededor de la mesa del altar, por la potencia del Espíritu Santo. Él es el amor que vence todos los límites y nos une a Jesús y a Dios Padre. Él es el que nos saca del aislamiento del pecado, por el que perdimos el contacto con Dios y con los otros, y nos reconecta profundamente con el amor que desborda del corazón del Padre, de la amistad del Hijo, y de la plenitud del Espíritu Santo. ¡Qué dicha inmensa poder sentir que estamos unidos, aunque sea a la distancia que nos impone la pandemia, y prepararnos con esta vigilia a la venida del Espíritu Santo!”, expresó al comienzo de su homilía.



“Con su presencia viva en nuestros corazones y su poderosa manifestación en la comunión que sentimos entre nosotros, no le tememos a nada ni a nadie. Porque ningún mal puede hacerle daño a quien está fuertemente arraigado en el Espíritu Santo. Él nos libera de todo lo que nos encierra y ata a nuestro yo y nos abre el camino al encuentro con Dios y con los hermanos. Él es quien hace en nosotros la comunión en la Iglesia y Él es quien nos anima a salir hacia afuera a anunciar a Jesús, porque nadie puede decir Jesús es el Señor si no está impulsado por el Espíritu Santo”, aseguró.



“El Espíritu Santo ilumina nuestras mentes y enciende nuestros corazones para comprender la Palabra de Dios, conocer más a Jesús y así poder cumplir la voluntad del Padre, porque ese fue su mayor deseo, su felicidad y su misión, como también lo deseamos intensamente para nosotros y para todo el mundo”, continuó.



“El don del Espíritu Santo es para uno y para compartirlo con todos, porque Él es quien nos une y afianza los lazos de comunión, y Él nos lanza hacia afuera, hacia la misión”, sostuvo monseñor Stanovnik y exhortó a no tener miedo al Espíritu Santo “aun cuando desestabilice nuestras falsas seguridades”.



“Aprendamos de la Virgen a confiar en Él y a dejarlo actuar en nuestra vida diaria, en nuestros vínculos familiares y nuestras amistades; seamos dóciles cuando nos mueve interiormente a perdonar y a ser perdonados; dejemos que se manifieste a través de gestos de cercanía y solidaridad con los que sufren, están solos, o carecen de lo necesario para alimentarse, vestirse o curarse de sus enfermedades; y, si tenemos responsabilidades en la función pública, miremos el bien del otro, seamos pacientes y serviciales, y estemos siempre atentos a los más postergados. El Espíritu Santo es el que anima y conduce la historia de los hombres y de la creación a su plena consumación en Cristo, con quien peregrinamos hacia la patria del cielo, que no es otra cosa que la victoria del Amor de Dios nuestro Creador y Padre”, llamó.



“Nos encomendamos a la bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro santísimo Señor Jesucristo, esposa del Espíritu Santo, como la llamó Francisco de Asís, y le pedimos que nos libre de las tristezas del mundo presente, nos alcance la alegría de la salud física y espiritual, y nos acompañe en el tránsito hacia los gozos celestiales”, concluyó.+