Mons. García Cuerva: 'Que el Espíritu sea un fuego que nos prenda en la esperanza'

"Que en Pentecostés la intención de todos sea volver a descubrirnos hermanos, pedirle al Señor el don de la paz, pedirle al Señor el don de la alegría", expresó el arzobispo de Buenos Aires.

El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, recordó que "la paz es un don de Dios. Esa paz que es un don activo que se construye desde el propio corazón. Un don que le tenemos que pedir al Señor todos los días". 

"Junto con la paz Jesús les muestra a los discípulos las manos y su costado, es decir, les muestra las heridas de la cruz. Mostrándoles las heridas les está diciendo cuánto los ama y aquí viene como el segundo regalo de Jesús hoy: el amor profundo que tiene que fue capaz de entregar la vida por cada uno de nosotros", aseguró. 

"Mirando las manos y las marcas del costado, no nos queda más que decirle al Señor: 'gracias, porque ese es el precio que pagaste por nosotros'", profundizó

El arzobispo porteño consideró que quien tienen un encuentro personal con el Resucitado "no puede no transformar su vida" y exhortó a apostar por la fraternidad.

Fuego que nos incendie en la esperanza
"Pidamos al Espíritu que también sea un fuego que nos incendie en la esperanza, que nos prenda en la esperanza. Que nos apasione fuertemente en la esperanza de construir la fraternidad que hay que construir la paz. Pidamos con fuerza el Espíritu, lo necesitamos mucho", sostuvo.

"Le pedimos por favor que con su Espíritu sople fuerte, que se lleve todo lo negativo que no nos permite vivir como hermanos. Que nos ventile de ideas de intolerancia, de hacernos sentir dueños de la verdad y que nos incendie por dentro en el apasionamiento de vivir la esperanza y de poder encontrarnos con los otros", añadió.

Monseñor García Cuerva recordó que "el Espíritu Santo es dado para el bien común" y animó a pedirle que "podamos aceptarnos como distintos, que podamos aceptarnos como hermanos, construir entre todos, una sociedad mejor".

"Que en Pentecostés la intención de todos sea volver a descubrirnos hermanos, pedirle al Señor el don de la paz, pedirle al Señor el don de la alegría. Lo necesitamos mucho, no queremos que atardezca más en nuestras vidas. Queremos que vuelva a amanecer la esperanza de poder vivir la fraternidad", concluyó.+