Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Mollaghan recordó al padre Brumana y demás víctimas del atentado a la embajada de Israel

  • 20 de marzo, 2017
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo emérito de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, presidió la misa en memoria del sacerdote Juan Carlos Brumana y demás personas fallecidas en el "terrible atentado" perpetrado el 17 de marzo de 1992 contra la embajada de Israel, en la parroquia Madre Admirable, ubicada frente a la delegación diplomática en Buenos Aires. "Roguemos para que cese el odio y la violencia entre los pueblos, por los hombres y mujeres que son perseguidos, torturados y mueren por causa de actos terroristas como el vivido en esta cuadra", pidió.
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El arzobispo emérito de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, presidió la misa en memoria del sacerdote Juan Carlos Brumana y demás personas fallecidas en el "terrible atentado" perpetrado el 17 de marzo de 1992 contra la embajada de Israel, en la parroquia Madre Admirable, ubicada frente a la delegación diplomática en Buenos Aires.

Concelebraron el párroco del lugar, presbítero Martín García, y compañeros del seminario de Brumana, y participaron familiares, amigos y fieles.

El prelado, que era párroco de este templo al momento del ataque terrorista y sufrió heridas, rezó por las 29 personas "arrancadas de este mundo, de sus trabajos, de sus casas, y de la calle por causa de un terrible atentado en la sede de la embajada de Israel" y recordó también a quienes "ese día sufrieron de uno u otro modo por esta causa; entre ellos están los heridos de la parroquia, de la representación diplomática, de la residencia de ancianas, del colegio parroquial y de los vecinos del lugar".

"Los que conocimos al padre Juan Carlos nos pudimos beneficiar de su bondad, de su sencillez y a la vez de su riqueza humana y sacerdotal, de su piedad mariana. Cada uno de nosotros, según la relación que tuvo con él, - como su familia, sus amigos, sus hermanos sacerdotes, o fieles -, recordamos y valoramos profundamente su vida entre nosotros; y confiamos en que Juan Carlos y todos los difuntos que recordamos, estén en paz junto a Dios", afirmó.

Monseñor Mollaghan consideró que esta es también "una ocasión para dar gracias a Dios por todos los que en aquel día quedaron con vida", y detalló: "Pienso primeramente en Ramón, que entonces llegaba como diácono a esta parroquia. De un modo especial quiero tener presente a la comunidad del colegio parroquial, a los cientos de niños que pudieron salir de esta casa con serenidad, con la ayuda del personal, de sus maestras, de su querida directora, y colaboradoras más cercanas".

"Después de 25 años, también seguimos a quienes ayudaron a reconstruir el colegio, la casa parroquial, y este templo parroquial, cuyo techo se había desmoronado; los vitrales desaparecido, los mármoles eran como polvo, las puertas volaron y se transformaron en agujeros. Pero que muy pronto la comunidad parroquial, el barrio y sobre todo muchos jóvenes; ayudaron a reconstruir", destacó.

"Como tantas veces lo pedimos, para nosotros y para el mundo; roguemos para que cese el odio y la violencia entre los pueblos; por los hombres y mujeres que son perseguidos, torturados y mueren por causa de actos terroristas como el vivido en esta cuadra, y unamos nuestra voz a la del papa Francisco, que suplica y exhorta: ?que la locura homicida del terrorismo no encuentre más espacios en nuestro mundo?. Que junto a la Virgen María, que en esta casa nos prodiga generosa su maternidad admirable, tengamos siempre esperanza, y pidamos la verdadera paz, que es siempre un don de Dios", concluyó.+

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