Mons. Mestre: 'La presencia total del Resucitado la encontramos en la misa'
- 25 de abril, 2023
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata meditó acerca del pasaje evangélico del tercer domingo de Pascua, que narra el encuentro de los dos discípulos con Jesús, de camino a Emaús.
Monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, en su meditación sobre el pasaje evangélico del tercer domingo de Pascua, que narra el encuentro de dos discípulos con Jesús mientras se dirigían a Emaús, propuso tres puntos para orar y reflexionar, sintetizados en las siguientes palabras: sin, iluminados y Jerusalén.
Caminar sin reconocer a Jesús
“El camino de los discípulos de Emaús es nuestro camino. Nosotros también muchas veces caminamos por la vida sin reconocer que Jesús está muy cerca de nosotros. Mucho más de lo que podemos percibir con nuestros pobres y limitados sentidos”, expresó monseñor Mestre y agregó: “En este tiempo complejo de la historia personal, familiar, comunitaria y social, debemos superar más que nunca la tentación de caminar sin reconocer a Cristo”.
Caminar iluminados por Jesús
En cuanto a este aspecto, el obispo marplatense señaló: “El mismo Jesús los ilumina cuando les explica y les interpreta las Escrituras. Es el mismo Señor quien les abre la mente y el corazón para que puedan entender vitalmente, evangélicamente, el mensaje de la Biblia” y añadió que “los discípulos todavía no lo han descubierto totalmente. Sin embargo, lo invitan a quedarse. ¡Qué bueno si nosotros hacemos lo mismo! Invitemos al Señor a nuestra vida, a nuestra casa, a nuestra familia, a nuestros grupos”.
“Jesús se queda y en el marco de la fracción del pan, de la Eucaristía, desaparece visualmente, pero aparece sacramentalmente y ellos lo reconocen totalmente”, dijo y subrayó: “Una vez más, la presencia total del Resucitado la encontramos en la celebración de la misa. Cada domingo, Jesús muere y resucita para salvarnos y ser el Pan de Vida Eterna que ilumina nuestra existencia”.
Caminar regresando a Jerusalén
Para finalizar, el prelado se refirió al cambio operado en el regreso de ambos discípulos a la Ciudad Santa “ya no con la angustia del comienzo, sino con la alegría de la resurrección del Señor, que invade toda la vida”. “En Jerusalén ellos cuentan lo que les ha pasado en el camino. Esto es la misión, esta es la tarea misionera: contar a todos y todas que el Señor ha resucitado y da sentido pleno a la vida”.
“Asumamos el desencanto y, transformados por el Señor, regresemos una y mil veces a nuestra Jerusalén en los diversos ámbitos de nuestra vida”, concluyó.+