Viernes 26 de abril de 2024

Mons. Martínez en Loreto: "Falta gente que se comprometa, que viva una vida dándola"

  • 16 de noviembre, 2015
  • Loreto (Misiones)
Miles de personas provenientes de Alem, Jardín América, Miguel Lanús y otros puntos de la diócesis de Posadas participaron este fin de semana de la XIV peregrinación al Centro de Espiritualidad de Loreto, que llevó por lema "Con la tierna mirada de María, vamos a Loreto". El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, presidió la misa central, en la que advirtió que "si falta algo en nuestro tiempo es gente que se comprometa, gente que viva una vida dándola, amando" y consideró que "nuestro tiempo necesita que tengamos el compromiso de poner el valor de la vida, de la justicia, de la solidaridad, del amor, son valores esenciales, necesarios, fruto del Evangelio que también humaniza con esos valores una cultura".
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Miles de personas provenientes de Alem, Jardín América, Miguel Lanús y otros puntos de la diócesis de Posadas participaron este fin de semana de la XIV peregrinación al Centro de Espiritualidad de Loreto, que llevó por lema "Con la tierna mirada de María, vamos a Loreto".

Los peregrinos llegaron al santuario mariano a pie, en bicicletas, automóviles y motos, entre otros vehículos.

Los organizadores estimaron que unas 8.000 personas participaron de las celebraciones en el Centro de Peregrinación y Espiritualidad.

La misa central, de las 9, estuvo presidida por el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez y fue concelebrada por los sacerdotes de la diócesis.

El prelado destacó el gozo de poder celebrar a Jesucristo "en este lugar, en nuestro Centro de Espiritualidad, un lugar que para nosotros es tan significativo, y lo celebramos como familia, como Pueblo de Dios". También agradeció la presencia del laicado y del vicegobernador de Misiones y gobernador electo, licenciado Hugo Mario Passalacqua.

"En esta casa nos reunimos como hijos con todo aquello que traemos en nuestro corazón. Nos reunimos para agradecer y para pedir", manifestó y recordó lo significativo que es Loreto para cada uno de los misioneros, por la historia de fe que representa.

"Nos alegra el corazón que podamos nosotros, así como hace tantos siglos atrás, seguir celebrando y actualizando la memoria de un Dios bondadoso y misericordioso, en este lugar. Es aquí, en esta tierra donde celebramos la memoria. Hoy celebramos a nuestros mártires, a Roque, Alonso y Juan, que evangelizaron, que vinieron a nuestras tierras hace tantos siglos atrás, para traer la palabra, para traerlo a Jesús, haciendo algo inédito para nuestras tierras, para el mundo", recordó.

"Ellos vinieron a evangelizar la cultura o inculturar el Evangelio, como nosotros decimos que queremos hacer y ellos lo supieron hacer, porque vinieron no a quitar nada sino a plenificar todo lo que había en las comunidades indígenas, con respeto, con diálogo, tratando de dignificar, porque Jesucristo cuando lo anunciamos bien, no quita nada sino que nos plenifica, nos plenifica el corazón y esa fue la experiencia en estas tierras", aseguró.

El obispo también destacó el trabajo del padre Antonio Ruiz de Montoya con el pueblo guaraní y la forma en la que cuidaba a "sus hijos de todos aquellos que querían esclavizarlos, como los bandeirantes".

"Estos pueblos por los celos, las envidias, los egoísmos económicos, inclusive, fueron combatidos, sin embargo sobrevivieron en la Provincia de las Misiones, fruto de ello es nuestro Andresito Guacurarí (prócer misionero), así que todo esto tiene mucha vida y qué lindo es que nosotros como Pueblo de Dios podamos actualizar la memoria en este lugar y en esta tierra, porque significa muchas cosas", agregó.

Monseñor Martínez recordó también que el 15 de noviembre, hace 15 años, el entonces nuncio apostólico le comunicaba que el papa Juan Pablo II lo designó obispo.

El prelado aseguró que la peregrinación a Loreto es también para celebrar el ejemplo de aquellas personas que "en nuestras tierras han trabajado de corazón por Dios y por el Pueblo, amando y sirviendo y éstos son los que han construido la historia, son los que han llenado de valores lo que nosotros podemos vivir, por eso no solamente esta celebración es la memoria para nuestra identidad, en todo caso lo que celebramos es actualizar el compromiso de estos hombres para que hoy tengamos, como cristianos, como gente de recta conciencia, ese compromiso también en nuestro tiempo, ese compromiso que lo necesitamos".

"Si falta algo en nuestro tiempo es gente que se comprometa, gente que viva una vida dándola, amando. Morir para dar, esto es lo que celebramos en la Eucaristía y esto es lo que necesita nuestro tiempo. Porque es cierto que hay mucho egoísmo, hay mucho antivalor, hay tanta búsqueda de sí mismo en nuestra sociedad, tanta gente que busca acumular porque sí poder, dinero, cosas y cosas, que en el fondo no sirven para nada, porque todos terminaremos de la misma manera y ahí seremos evaluados si podemos recibir el abrazo de Nuestro Padre Dios", sostuvo.

El obispo consideró que "nuestro tiempo necesita que nosotros tengamos el compromiso de poner estos valores, el valor de la vida, de la justicia, de la solidaridad, del amor, son valores esenciales, necesarios, fruto del Evangelio que también humaniza con esos valores una cultura".

Congreso Eucarístico y Año de la Misericordia
Antes de finalizar la misa, monseñor Martínez anunció que el año próximo se realizará en San Miguel de Tucumán el Congreso Eucarístico Nacional y que con la celebración de la misa en Loreto, la diócesis comenzará a prepararse para celebrar el Año Santo de la Misericordia, que empieza el 8 de diciembre.

"El papa Francisco nos llama a que vivamos el Año de la Misericordia y así lo haremos. El tercer domingo de Adviento abriremos las puertas de nuestra catedral, donde habrá un gesto, un signo que lo iremos llevando a todas las parroquias durante el año. Es un año en el que, si queremos ser misericordiosos, tendremos que trabajar el amor, la palabra caridad será como clave, porque difícilmente sea misericordioso quien no ama de verdad", advirtió.

Monseñor Martínez aseguró que "el Año de la Misericordia implicará que hagamos un discipulado, que nos preguntemos qué tipo de cristiano soy, un discipulado del amor para ser misericordiosos. Si algo no tiene la propuesta de Jesús, el cristianismo, es que construyamos nuestra espiritualidad, nuestra fe, sobre nuestras perfecciones, esto es lo que quiero decir".

"No estamos llamados a construir desde nuestras perfecciones? construir sobre la perfección significaría decir ?somos mejor nosotros, más perfectos que los demás?, sentirnos mejor que los demás no es ser cristiano, más bien nosotros construimos sobre nuestras flaquezas, sobre lo que somos, luces y sombras, que están en nuestro corazón. Solamente los que experimentan el sentirse pobres, humildes, pueden entender el lenguaje del Reino, el camino que Jesucristo nos propone, por eso la primera bienaventuranza del Señor nos dice ?felices los pobres de espíritu, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos?. Sólo los humildes y pequeños entienden esta propuesta de Jesús", concluyó.+