Viernes 26 de abril de 2024

Mons. Lugones: "Viva Cristo, rey de la vida, Señor de la historia"

  • 12 de abril, 2022
  • Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
Con procesión, bendición de ramos y misas presididas por el obispo, monseñor Jorge Lugones SJ, la diócesis de Lomas de Zamora celebró el Domingo de la Pasión del Señor.
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El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió las celebraciones en la solemnidad del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, que dio inicio a la Semana Santa.

Por la mañana, el prelado llevó a cabo la bendición de los ramos en la plaza de Parque Roma (Glew) y, tras una procesión, ofició la misa en la parroquia Santa Ana de esa localidad del partido de Almirante Brown.

Por la tarde, hizo lo propio en el hogar de niños “Leopoldo Pereyra” (Banfield), y por la noche también cumplió con el rito de la bendición de los ramos y la misa solemne en la catedral Nuestra Señora de la Paz.

Allí, al pronunciar su homilía, el prelado expresó: “Esta celebración del Domingo de la Pasión del Señor, del Domingo de Ramos, nos abre a este tiempo fuerte de la Semana Santa, tiempo de gracia, tiempo de espera del gran acontecimiento que nos abre, después de la Pasión, muerte y cruz del Señor el Viernes Santo, a la gloria de la resurrección, a la vida en abundancia de Jesús resucitado”.

“Iniciábamos esta entrada con el Evangelio de San Lucas. Jesús, subido en un animal de servidumbre, de carga, humilde entra ante la algarabía del pueblo y de los niños hebreos que lo aclaman, lo acompañan, se alegran, y que llevan esta esperanza que el Señor les ha dado: los ha curado, los ha aliviado, los ha animado, ha resucitado a los suyos y además los ha consolado y les ha anunciado la alegría del Evangelio. Y el pueblo agradecido recibe a Jesús como Mesías mismo”.

“Jesús, en este Evangelio de Lucas, es la única vez que se llamará a sí mismo ‘Señor’, el ‘kyrios’ griego, Señor Dios. Y ante esto, y ante esta alegría, el pueblo clama con este Salmo 118: ‘Bendito el que viene en nombre del Señor, paz en el Cielo, gloria en las alturas’. Este era el salmo que el pueblo de Dios, que el pueblo caminante en el desierto, alababa en las fiestas de las tiendas, la fiesta de las chozas, que era la fiesta que celebraban los judíos después de haber salido del destierro del desierto, después de haber comido tanto tiempo ese maná que no tenía gusto a nada, ahora puede disfrutar de las bondades de la tierra”, explicó.

Al respecto, comparó: “Nosotros necesitamos la paz en la tierra también en estos tiempos de guerra y conflicto en el mundo, 17 focos de guerra en el mundo, casi 10 en África, millones de desplazados, niños abandonados, gente que muere sin agua. Son hermanos nuestros también, aunque estén lejos”. 

“La humanidad sufre el cuerpo de Cristo, sufre tantos heridos, desgarrados, desmembrados por la barbarie del hombre, por eso necesitamos rezar por la paz, pidiéndole a nuestra madre que es Madre y Reina de la Paz, que ruegue al príncipe de la paz, su hijo, que alcance la paz a los pueblos”, rezó.

“Pero no perdamos de vista que el que viene es el Señor y el Rey de la historia y de la humanidad, Rey de la vida, Rey de la salvación, Rey de la gracia, Rey de nuestra comunidad, de nuestra familia y de nuestro corazón”, destacó.

“Levantemos los ramos y digamos que Cristo es Rey y que vive. Viva Cristo el Rey, viva Cristo que es Rey de la vida, viva Cristo que es Señor de la historia, viva Cristo que es Señor del pueblo de Dios, viva Cristo que es nuestra salvación”, concluyó.+