Sábado 16 de noviembre de 2024

Mons. Frassia alentó a descubrir el amor a Dios y a nuestros hermanos

  • 8 de noviembre, 2012
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, reflexionó en su columna radial que el amor a Dios y al prójimo "están, curiosamente, debilitados y resquebrajados". "Por eso Benedicto XVI invita al mundo y a la Iglesia a renovar la fe para poder descubrir el verdadero amor de Dios y el verdadero amor a nuestros hermanos", destacó en sus palabras.
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El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, reflexionó en su columna radial sobre el evangelio de Marcos correspondiente al 31º domingo durante el año, y señaló que el amor a Dios y al prójimo "están, curiosamente, debilitados y resquebrajados". "Por eso Benedicto XVI invita al mundo y a la Iglesia a renovar la fe para poder descubrir el verdadero amor de Dios y el verdadero amor a nuestros hermanos", destacó en sus palabras.

Para el prelado, "la Iglesia y el mundo están debilitados" porque "se ha ido perdiendo la fuerza de la motivación y del sentido y entonces no se es capaz de amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todo el espíritu y con toda la fuerza".

"A Dios se lo cambia por cualquier cosa opinable, a lo que tengo ganas de hacer, al relativismo, a lo individual y al sólo por hoy", destacó el obispo. "El modo fragmentario de vivir, de amar y de proyectar, ?el no para siempre?, está muy presente", añadió. De esta manera, se vuelve difícil amar al Señor con todo el corazón y con toda el alma, con todo el espíritu y con todas las fuerzas, y al prójimo como a uno mismo.

El obispo subrayó cómo repercuten estas tendencias en el comportamiento social, y sostuvo que "por eso no se ama en serio a los demás; por eso las relaciones y los vínculos son sólo por hoy todo se vuelve meramente individual y una especie de comercio, donde doy si me dan, pero no hay nada gratuito y nada para siempre".

"En el Año de la Fe, el Papa nos invita a pasar por este umbral para volver a descubrir nuestra vocación y poder decir ?¡escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor!? ", reflexionó monseñor Frassia, quien agregó que "este amor se concreta e incide en el amor a nuestros hermanos hasta las últimas consecuencias".

"El Año de la Fe nos vuelve a despertar la vocación profunda ?continuó- y si nosotros no la descubrimos y no nos ponemos en marcha vamos a perder el tesoro más grande de nuestra vida, que son Dios y nuestros hermanos".

"¡No pierdas el tesoro de tu vida! ¡Búscalo, síguelo, compromételo y da señal de que lo has encontrado!", concluyó. +

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