Mons. Colombo: 'Renovamos nuestra disponibilidad para escuchar a todos'
- 15 de noviembre, 2024
- Luján (Buenos Aires) (AICA)
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina lo expresó en la misa de clausura de la 125ª Asamblea Plenaria, celebrada en Luján para poner bajo el amparo de la Virgen esta nueva etapa.
El centenar de obispos que participó de la 125ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, de carácter electivo, cerró sus deliberaciones con una misa en la basílica de Nuestra Señora de Luján, presidida por el flamante presidente del Episcopado, monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza.
Lo acompañaban en el altar el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Scheinig; el arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ; el obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Raúl Pizarro; el arzobispo de Santiago del Estero y primado de la Argentina, el futuro cardenal Vicente Bokalic CM; y el arzobispo emérito de Buenos Aires, cardenal Mario Poli.
En la homilía, el arzobispo mendocino aseguró que, durante esta semana de deliberaciones, aparecieron con mucha nitidez tres palabras que resumían la reflexión e indicaban el horizonte: misión, sínodo, regiones.
Al referirse a la misión, recordó que "la Iglesia existe para evangelizar", y citó al Papa Francisco: "Frente a las preguntas de las mujeres y los hombres de hoy, a los retos de nuestro tiempo, a las urgencias de la evangelización y a tantas heridas que afligen a la humanidad, hermanas y hermanos, no podemos quedarnos sentados".
"En una auténtica perspectiva sinodal, renovamos nuestra disponibilidad para escuchar a todos, especialmente el clamor de los pobres, de los marginados, de las minorías y de nuestra Casa Común", puntualizó, al referirse al sínodo.
"En una lógica de intercambio de dones, cada una de las regiones, constituidas por el conjunto de las Iglesias particulares allí presentes, tiene para ofrecer la riqueza de sus realidades pastorales y, a su vez ,participa a la Iglesia toda de sus búsquedas y necesidades", afirmó, en relación con el punto concerniente a las regiones.
Al hacer una mirada hacia adelante, monseñor Colombo consideró que "cada renovación de los miembros de las distintas comisiones es una hermosa oportunidad para profundizar los caminos transitados, con nuevos bríos y en fidelidad a nuestra misión de pastores".
Y recordó lo que decía monseñor Jorge Novak, el obispo que lo formó sacerdotalmente, sobre la colegialidad: "Una gran preocupación mía era no cantar fuera del coro, no escandalizar, no defraudar a mis propios diocesanos. Mi preocupación iba en dos sentidos: la diócesis y la conferencia episcopal", leyó.
"Una colegialidad amada, sentida, probada, nunca meramente declamada, ni herida de indiferencia o lejanía", destacó con emoción, al recordar a Novak y proponerse seguir ese camino.
Monseñor Colombo agradeció especialmente al "querido" monseñor Oscar Ojea, y valoró: "Su testimonio de buen pastor siempre inquieto ha sido para mí conmovedor y elocuente. Nunca la frialdad del espectador, las intrigas y estrategias mundanas, ni la pretensión del que se las sabe todas. Siempre en camino, siempre buscando, siempre consultando, en definitiva, siempre amando este servicio para el que lo eligiéramos y que honró con entrega ejemplar".
"Los más pobres y marginados, los incomprendidos y postergados, tuvieron en él a un interlocutor permanente, nunca permeable a las falsas importancias humanas. ¡Gracias Oscar! Por tu paternidad, por tu sencillez, por tu humanidad al servicio del evangelio, por tu fidelidad sin fisuras al ministerio del Santo Padre", subrayó.+
El presidente de la CEA finalizó su reflexión poniendo en "las manitos orantes de la Virgen de Luján este nuevo período de la Conferencia Episcopal Argentina", y concluyó: "En particular, le confío nuestro ministerio pastoral al servicio del Evangelio en la Argentina. Que Ella nos indique siempre a Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida".+