Sábado 23 de noviembre de 2024

Mons. Ñáñez: Un corazón abierto hacia la humildad y la disponibilidad

  • 19 de febrero, 2019
  • Córodoba
Monseñor Carlos Ñáñez, arzobispo de Córdoba, celebró el pasado domingo 17 de febrero la Eucaristía con la comunidad de la parroquia San Juan Evangelista, del barrio parque Vélez Sarsfield, en la ciudad de Córdoba. "La misericordia no es el relativismo de todo vale, sino es apertura hacia la fragilidad de la condición humana, con el desafío de que, conociéndola, tratemos de superarla, sabiendo que Dios nos recibe y nos acepta como somos y nos da lo necesario para reaccionar frente a los males", expresó el prelado.
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Monseñor Carlos Ñáñez, arzobispo de Córdoba, celebró el pasado domingo 17 de febrero la Eucaristía con la comunidad de la parroquia San Juan Evangelista, del barrio parque Vélez Sarsfield, en la ciudad de Córdoba.

Durante su homilía, el arzobispo repasó las lecturas bíblicas: "Las palabras de Jesús suenan fuertes e interpelantes en el pasaje de San Lucas", mencionó. El prelado diferenció el relato de Lucas del sermón de la montaña de San Mateo. "San Lucas nos presenta cuatro bienaventuranzas y cuatro advertencias severas. Su lenguaje es más directo, mas descarnal. El evangelista quiere poner de manifiesto las actitudes, que debemos cuidar de corazón", sostuvo.

Luego se refirió a la pobreza: "el evangelista está invitando a una actitud de austeridad, de compartir. Cuando decimos pobreza en la Escritura, hablamos de contar con las condiciones indispensables para vivir dignamente, distinto de la miseria. La miseria nunca es alabada en la Escritura", aclaró. "Al hablar de tener hambre, se invita a una actitud de sobriedad, para saber compartir. Cuando habla de satisfacción, invita a una actitud de sencillez. En la persecución, invita a una actitud de fortaleza y de fidelidad", explicó.

"Estas son las cosas que el evangelista quiere poner de relieve, en contrapartida con la riqueza, la abundancia, la satisfacción, la búsqueda del prestigio y el éxito. Es bueno tener en cuenta que todo pasa, y también que esas actitudes pueden disponer a una cierta suficiencia y a una cerrazón del corazón", advirtió.

Asimismo, recordó las lecturas de Jeremías y del apóstol Pablo, tanto como el salmo, "que preparan el corazón para recibir la palabra de Lucas". Luego cuestionó a los presentes: "¿Cómo aplicamos todo esto a nuestra vida? La atención fundamental debe estar en tener el corazón abierto, una apertura que muestre humildad y disponibilidad. Y evitar todo tipo de cerrazón que nos lleve a suficiencia y arrogancia", manifestó.



El arzobispo de Córdoba resaltó los fenómenos sociales y culturales presentes en la sociedad: "Hay una distancia respecto de Dios y de la iglesia, una distancia que se va a haciendo existencia, oposición, rechazo, y esta no debe ser nuestra actitud. Debemos asumir esa realidad, aunque sea dura y aunque duela; la distancia y la resistencia, por el contrario, puede ser consecuencia de posturas rigoristas, de personas que quieren destacarse por su fidelidad. Posturas sin misericordia", indicó.

"Como pastores, como consagrados y como fieles, tenemos una advertencia en el Evangelio: la actitud de los fariseos. ¿Cómo proceder antes esto? El Papa en Chile nos dijo: ?Tenemos que reconocer las llagas y hablar desde nuestras llagas?, es decir, predisponernos a una actitud compresiva y compasiva, que no es tener lastima, sino ponerse en la situación de los demás, en actitud de misericordia", aconsejó monseñor Ñáñez.

Y agregó: "La misericordia no es el relativismo de todo vale, sino es apertura hacia la fragilidad de la condición humana, con el desafío de que, conociéndola, tratemos de superarla, sabiendo que Dios nos recibe y nos acepta como somos y nos da lo necesario para reaccionar frente a los males".

Al concluir, invocó a la Santísima Virgen, que tiene un papel fundamental: "Ponernos bajo la protección y la ayuda maternal de la Virgen para vivir lo que el Señor nos dejó, que es fuerte pero que con su gracia es posible y fuente de plenitud", dijo al finalizar.+