Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Conejero Gallego: '¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión?'

  • 11 de abril, 2024
  • Formosa (AICA)
Y respondió el mismo obispo de Formosa: "La oración y la unidad son exigencias necesarias para una eficaz acción evangelizadora en el mundo. Con ánimo y esperanza, afirmamos: ¡manos a la obra!"
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El obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego, destacó la grandeza del sacrificio pascual de Cristo y aseguró que, “al ser reconciliados y haciéndonos partícipes de tu designio de amor -'la Alianza nueva y eterna’-, con tu ayuda, hemos creído en la entrega y el amor de Cristo en la Cruz por la salvación de todos”. 

“Ahora, nos invitas a colaborar y cooperar contigo en la instauración de la fraternidad universal, para que la concordia, la unidad y la paz reinen en toda la humanidad de este mundo nuestro, tan violento y dividido; y, así, construyamos y formemos todos juntos la familia de los hijos de Dios”, planteó.

En su editorial de abril en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado formoseño profundizó: “Sí, Padre Dios; sí, Jesucristo bendito; sí, Espíritu Santo santificador, Trinidad Santa, Dios de misericordia y amor”.

“Estamos dispuestos, después de haber celebrado y vivido nuevamente la Pascua del Señor, a ser tu Iglesia: misterio de comunión y misión, Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu, signo e instrumento de unidad y salvación de la humanidad, germen y principio de vuestro Reino”, agregó.

“Cuenten con nosotros, Santísima Trinidad, pues siendo discípulos-misioneros del único Maestro, Jesús, el Señor, siguiendo sus huellas, y con sus mismos sentimientos de humildad y paciencia, con la gracia y la fuerza del Espíritu, reproduciremos su imagen para la salvación del mundo”, completó.

Monseñor Conejero Gallego señaló que se vive “en una nueva etapa de la historia, tanto humana como eclesial; con nuevos desafíos”, y la describió así: “Nuevas generaciones de jóvenes, fuerte irrupción de una nueva cultura digital, creciente movilidad humana e integración de nuevos pueblos y culturas, en un mundo interrelacionado”.

“La Iglesia, que existe para evangelizar, hoy se pregunta: ¿cómo ser una Iglesia sinodal en misión? La oración y la unidad son exigencias necesarias para una eficaz acción evangelizadora en el mundo. Con ánimo y esperanza, puestos en Dios y en todos los hombres y mujeres de buena voluntad, afirmamos: ¡Manos a la obra!, todos estamos llamados a participar corresponsablemente en esta misión salvadora”, concluyó.+

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