Mons. Colombo ordenó cuatro diáconos permanentes en Mendoza
- 24 de septiembre, 2024
- Mendoza (AICA)
En el marco del año jubilar vocacional y misionero que vive la arquidiócesis, el prelado destacó que "el nacimiento del diaconado es un acto de amor de la primera Iglesia".
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió el 21 de septiembre la misa de ordenación de cuatro diáconos permanentes en la parroquia San José Obrero de Maipú.
Durante la celebración, fueron ordenados Daniel Echegaray, de la parroquia Inmaculado Corazón de María, de Coquimbito; Héctor Fiochetta, de la parroquia san José obrero de Maipú; Raúl Solís, de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de San Martín; y Federico Panella, de la parroquia Señor del Milagro y Virgen Niña.
En su homilía, el prelado expresó su felicidad por "poder acompañar a estos cuatro hermanos que dan este paso en confianza bajo la mirada de Dios, acompañados por la Iglesia, en esta consagración en el servicio diaconal".
Reflexionando sobre las lecturas del día, distinguió algunos elementos importantes en cuanto al diaconado: "Más allá de cuestiones más precisas de la teología, nos gusta leer en estas páginas el querer de Dios para su Iglesia en los primeros tiempos; vemos así la alegría de la primera comunidad cristiana con la incorporación de nuevos discípulos, lo cual conllevaba un incremento de responsabilidades, de misiones, de tareas".
"Es muy hermoso ver cómo en este relato los apóstoles dan cuenta de la necesidad de sostener la caridad de la Iglesia ya la vez de no dejar de cumplir ellos mismos con su misión. En esta tensión que suele darse entre evangelización y caridad, claramente la Iglesia primitiva nos enseña la necesidad de hacerlo todo y de darlo todo, de salir de falsas disyuntivas para concentrar la mirada en el amor misericordioso de Dios que quiere llegar a todas las vidas", señaló.
Por eso, destacó que "el nacimiento del diaconado es un acto de amor de la primera Iglesia. Y en la llamada los apóstoles proponen que sean hombres llenos del Espíritu Santo, de sabiduría y de buena fama, aludiendo a la necesidad de contar con colaboradores propios, bien inspirados, espirituales y a la vez con condiciones, con habilidades para sostener el ministerio".
"Son candidatos con sus historias, con sus proveniencias, para ser en la Historia de la Iglesia los primeros en servir a los pobres de la comunidad", indicó, y agregó: "Estos cuatro candidatos nuestros también vienen con sus vidas e historias, con su pertenencia a nuestra comunidad Personas, historias, trayectos apostólicos diversos, pero todos discernidos en la comunidad de los creyentes como hombres capaces de ponerle el hombro a la misión de Jesús", concluyó.+