Mons. Colombo: 'El Jubileo, tiempo de poner señales de esperanza'
- 30 de diciembre, 2024
- Mendoza (AICA)
En la apertura del Año Santo, el arzobispo recordó que la esperanza "no nos pone anteojeras frente a la realidad, sino que nos invita a abrazarla, a amarla y a afrontarla en perspectiva samaritana".
La comunidad mendocina peregrinó desde la parroquia Santiago Apóstol hasta la catedral Nuestra Señora de Loreto, donde el arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, realizó la apertura del Jubileo de la Esperanza proclamado por el Papa Francisco.
La celebración eucarística en el marco de la fiesta de la Sagrada Familia fue concelebrada por el obispo auxiliar de Mendoza, monseñor Marcelo Mazzitelli, y el clero arquidiocesano.
En la homilía, monseñor Colombo aseguró: "Junto al Santo Padre y a todos los cristianos del mundo, queremos caminar unidos en esperanza y anclados a la Cruz de Cristo".
"Si como creyentes ponemos nuestra confianza en Dios, no podemos dejar de sumar nuestros esfuerzos al servicio del don del Señor. Por eso acogemos con atención la invitación del Santo Padre a poner señales de esperanza frente a los signos de los tiempos y ser así, testigos de un amor más grande", subrayó.
El arzobispo mendocino puntualizó que, en este tiempo, el pontífice pide "señales de paz en un mundo atravesado por guerras y divisiones; frente a la creciente cancelación de la natural trasmisión de la existencia por parte de los esposos, sseñales de promoción y cuidado de la vida, gestando redes de apoyo para que la vida sea valorada y protegida desde la concepción del seno materno hasta la muerte natural".
"Señales de paz frente a la ideología del descarte, señales de esperanza en las situaciones de exclusión, señales de cuidado y acompañamiento de la vida de los más pobres, de los ancianos, de los enfermos, de las personas con discapacidad o patologías graves, de los jóvenes, de los migrantes", profundizó.
"La esperanza que nos anima no nos pone anteojeras, frente a la realidad, sino que nos invita a abrazarla y amarla, afrontarla en perspectiva samaritana y con el deseo de hacerlo junto a los otros. Esa esperanza, estrechamente unida a las otras dos virtudes teologales la fe y la caridad, trasforma nuestras vidas y llena de ardor nuestros corazones para asumir nuestros compromisos de creyentes", recordó.
Monseñor Colombo precisó que este Año Jubilar "estamos llamados a enfrentar cuanto hace agonizar al mundo y la humanidad, envejecidos por mezquindades e inconsistencias. Queremos hacer del mundo un lugar que se parezca más a cuanto Dios nos entregó en su amor".
Jubileo, tiempo de indulgencias
Monseñor Colombo recordó que en un decreto especialmente redactado para esta ocasión, se proclamaron los lugares donde se podrán obtener las indulgencias.
"La gracia que nos otorga la indulgencia, alarga la misericordia de Dios. A la reconciliación sacramental y el perdón de los pecados, le añade el perdón y la sanación de aquellas consecuencias que el pecado causó en nosotros. Bien preparados con la reconciliación sacramental y participando de las distintas celebraciones que se organicen, podemos recibir esas indulgencias en los iglesias y templos que se indican, así como en oportunidades especiales de la comunidad como son sus fiestas patronales", detalló.
El arzobispo indicó que también se consideró "importante ampliar la posibilidad a aquellos lugares de dolor y sufrimiento, para poder transfigurar esos dolores en esperanza: hospitales y establecimientos de salud, públicos y privados, como clínicas y el Cottolengo, los espacios solidarios de la iglesia Nuestra Señora de la Merced, de la ciudad de Mendoza, verdadero pulmón de la caridad en la ciudad y en las cárceles, donde nuestros capellanes y voluntarios llevan el mensaje de salvación y lo celebran".
"Queridos hermanos, ¡Feliz Jubileo de la Esperanza! A seguir caminando en esperanza", concluyó.+