El obispo Carlos Domínguez presidió la celebración que se inició en la parroquia San José y continuó en la catedral local. "La peregrinación jubilar ha de ser signo del viaje interior", planteó.
En la apertura del Año Santo, el arzobispo recordó que la esperanza "no nos pone anteojeras frente a la realidad, sino que nos invita a abrazarla, a amarla y a afrontarla en perspectiva samaritana".