Mons. Colombo: vivir la Cuaresma como 'peregrinos que caminan en la esperanza'

Que sea una "experiencia fuertemente personal y comunitaria de sentirnos abrazados por la misericordia de Dios, para amar y servir en su nombre", animó el arzobispo de Mendoza.

El arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Marcelo Colombo, compartió con el Pueblo de Dios el mensaje del Papa Francisco por la Cuaresma 2025, una "invitación a 'caminar juntos en la esperanza, que nos llena de emoción en este año tan particular, en el cual su estado de salud e internación nos piden acompañarlo rezando por su pronta recuperación", dijo el prelado.  

Además, manifestó que, "con la misma sencillez y profundidad de siempre, el Papa nos muestra, en su mensaje, cómo nuestro andar de peregrinos de la esperanza nos conecta con la experiencia del pueblo de Israel. Formamos parte de un pueblo de peregrinos que camina en la esperanza. De la esclavitud a la libertad; de la fragilidad a la plenitud que hallamos sólo en Dios".

"La lectura del texto -dijo el arzobispo- nos abre a una reflexión sobre la necesidad de una triple conversión: a reconocernos peregrinos, a vivir la sinodalidad de la Iglesia, y a confiar en Dios y su promesa de vida eterna. Son llamadas 'a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria' (Francisco, Mensaje de Cuaresma 2025)".

Monseñor Colombo aseguró,  en ese sentido, que, "en esta triple llamada a la conversión, resuena fuertemente la invitación a vivir concretamente nuestra condición de hermanos de todos, para evitar ensimismamientos egoístas y profundizar, junto a nuestro crecimiento personal en la fe, en la respuesta a los que nos necesitan y en la plena confianza en Dios".

''El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos, para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia", rememoró el arzobispo de Mendoza, en alusión a otro de los fragmentos tomados del mensaje del pontífice para el tiempo de preparación para la Pascua.

Finalmente, deseó que esta Cuaresma "nos regale esa experiencia fuertemente personal y comunitaria de sentirnos abrazados por la misericordia de Dios, para amar y servir en su nombre".+