Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Buenanueva: "Soñemos un proyecto de país. Soñemos fraternidad"

  • 20 de mayo, 2021
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El obispo de San Francisco animó a seguir ese ideal en una conferencia organizada por la Pastoral Social de la arquidiócesis de Rosario por los 40 años del documento "Iglesia y Comunidad Nacional"
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El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, animó a “apostar por un proyecto de Nación” en el marco de una conferencia virtual organizada el 19 de mayo por la Pastoral Social de la arquidiócesis de Rosario con motivo de los 40 años del documento “Iglesia y Comunidad Nacional” (ICN).

Tras ser presentado por el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, el prelado fundamentó su disertación en ese texto aprobado y hecho público el 8 de mayo de 1981, en el marco de la 42ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), e hizo hincapié en su contenido, desarrolló los conceptos “cultura, fe y modernidad” y ahondó en la relación Iglesia, católicos argentinos y democracia.

“ICN ha significado un hito importante en el camino de los católicos argentinos en su compromiso con el bien común de la Patria. En este documento resuena ya aquel: ‘Queremos ser Nación…’ que la Oración por la Patria puso en nuestros labios en uno de los momentos más difíciles que nos ha tocado atravesar en el pasado reciente”, recordó, y consideró: “Esa aspiración sigue siendo genuina, y tenemos que alimentarla una y otra vez”.

“ICN ha sido un paso adelante, pero de un camino que sigue. No lo ha dicho todo (ningún documento eclesial lo hace), ni tampoco hoy serían pertinentes algunas de sus posiciones (por ejemplo, sobre la validez de algunos estados de excepción del orden constitucional, o su valoración del terrorismo de estado). Deja abierta la puerta para desarrollos ulteriores que, ante todo, han de pasar por la conciencia, la palabra y el compromiso de los católicos, especialmente de los hombres y mujeres laicos”, destacó al referirse a la proyección que tiene el texto episcopal.

Tras preguntarse “en qué dirección”, el obispo señaló algunos puntos parafraseando la encíclica Laudato si’, del papa Francisco:  “¿Qué Argentina queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?”, y le añadió otra paráfrasis: “¿Qué tipo de presencia y visibilidad pública ha de tener la fe en la sociedad argentina que se va abriendo paso en este tiempo que vivimos? ¿Cómo ha de ser nuestra presencia, palabra y compromiso con el bien común? ¿De qué forma hemos de intervenir los pastores en el debate público argentino? ¿Cómo han de involucrarse los laicos?”

“El papa Francisco nos acaba de ofrecer una indicación preciosa y potente en su reciente encíclica Fratelli tutti. Tenemos que asimilar su enseñanza. Por una parte, hemos de asumir plenamente la modernidad política, por tanto, que la voz de la Iglesia es una más dentro del concierto de voces que se dan cita en el espacio público de nuestra Argentina. Se podría decir que ese es un límite. Y llevan razón quienes así lo señalan. Pero es también su gran posibilidad, porque, de esa manera, se vive más genuinamente la misión evangélica, cuya propuesta ha de llegar a la conciencia de todos, proponiendo nuestra visión del hombre, de la vida virtuosa y del bien común, apelando siempre a la libertad de las personas”, afirmó.

El obispo sostuvo que “la Iglesia no renuncia a la pretensión de verdad que supone predicar el Evangelio” y aclaró: “Tampoco le corresponde a ella formular un proyecto de país, ni erigirse en el garante de tal empresa. Solo pide libertad para cumplir su misión”, citando el párrafo de ICN en el que subraya que “la Iglesia no busca ocupar una posición de privilegio en el poder o estructura del Estado, ni aún con la buena intención de valerse de ella para predicar el Evangelio. Ella pide del Estado respeto por una misión que sólo a la Iglesia le incumbe y libertad para desempeñarla, a fin de que la fuerza espiritual de la palabra evangélica pueda influir como inspiración cristiana de la sociedad”.

“ICN es un hito importante en este camino que transitamos los católicos argentinos de crecer en libertad evangélica en el seno de una sociedad que, si bien se seculariza con un ritmo que escapa a nuestro control, también nos abre nuevas y valiosas perspectivas para sembrar la buena semilla del Evangelio. Es verdad que la democracia, tal como se está abriendo camino entre nosotros y en algunos puntos sensibles (familia, vida y educación), toma un rumbo que se aleja de nuestra visión del hombre y el bien común. Sin embargo, es la misma democracia la que nos ofrece múltiples resortes para hacer visible, también en las instituciones ciudadanas, nuestro testimonio de la vida nueva que nos trae el Evangelio de Jesucristo y de la esperanza que ella conlleva. Como bien expresa ICN, el humanismo cristiano ha fecundado con el Evangelio la historia de nuestro pueblo, y tenemos la convicción y el compromiso de que puede y debe seguir haciéndolo, aún en diálogo crítico con otras tradiciones también presentes en nuestro camino común. El desafío es formidable. Se trata de reavivar una forma y estilo de convivencia marcados por la fraternidad, o, traducido a un lenguaje más secular: por el respeto de la dignidad de cada persona, el reconocimiento activo de su subjetividad y de la reciprocidad como valor ético fundamental para la convivencia ciudadana”, sintetizó.

Monseñor Buenanueva terminó su disertación con las palabras de Francisco en Fratelli tutti: Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Entre todos: 'He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! […] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos'. Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos” y exhortando a soñar un proyecto de país y a soñar fraternidad.

La conferencia completa puede verse en el Facebook Arquidiócesis de Rosario.+

» Texto completo de la conferencia