Viernes 29 de marzo de 2024

La diócesis de Río Gallegos rechaza que se promueva la explotación sexual

  • 3 de octubre, 2019
  • Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
Mensaje de monseñor Jorge García Cuerva y el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria
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El obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva, y el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria, lamentaron y rechazaron las declaraciones de un empresario de Puerto Deseado que pidió a los candidatos que vuelvan a habilitar los prostíbulos para los marineros.



“Como Iglesia diocesana de Río Gallegos ratificamos nuestro compromiso con la defensa de la dignidad, y alzamos nuestra voz para repudiar todo cuanto atente contra los valores esenciales de la persona humana”, subrayó en un mensaje a la comunidad diocesana.



“Manifestamos que la explotación sexual, la promoción de la prostitución y la trata de personas, son modos de esclavitud que violan la dignidad, la libertad y los derechos humanos de tantas mujeres, niñas y jóvenes de ambos sexos”, aseveró.



Asimismo, advirtieron que “quienes promueven o alientan la apertura de prostíbulos, consienten implícita o explícitamente ‘la explotación sexual’, convirtiéndose en cómplices de un delito”.



Texto del mensaje

Como Iglesia diocesana de Río Gallegos ratificamos nuestro compromiso con la defensa de la dignidad, y alzamos nuestra voz para repudiar todo cuanto atente contra los valores esenciales de la persona humana. Manifestamos que la explotación sexual, la promoción de la prostitución y la trata de personas, son modos de esclavitud que violan la dignidad, la libertad y los derechos humanos de tantas mujeres, niñas y jóvenes de ambos sexos.



Lamentamos y rechazamos la apología del delito expresada a través de las declaraciones vertidas por un supuesto empresario de Puerto Deseado pidiendo a los candidatos locales que para las elecciones de octubre próximo vuelvan a habilitar “cabarulos” para que los marineros puedan “dormir con alguna criatura un ratito”. Advertimos que quienes promueven o alientan la apertura de prostíbulos, consienten implícita o explícitamente “la explotación sexual”, convirtiéndose en cómplices de un delito.



Como Iglesia entendemos que en estos temas prima el cumplimiento de las leyes vigentes, superadoras de toda discusión, que no deben ser desconocidas por ningún ciudadano.



Consideramos imperioso un cambio de mentalidad para enfrentar estos delitos y la adopción de políticas públicas comprometidas, contundentes y que convoquen a diversos sectores para crear conciencia de que estas aberrantes prácticas deshumanizan a la persona, cosificándolas, denigrándolas, y despojándolas de su dignidad. Estas prácticas son formas de opresión y de esclavitud, constituyendo un problema social, un problema de todos.



En este sentido el papa Francisco señala que “la trata de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad” y hace una invitación al compromiso contra este delito a "todas las personas de buena voluntad, sea que profesen una religión o que no lo hagan, quienes no pueden permitir que estas mujeres, estos hombres, estos niños sean tratados como objetos, engañados, violados, a menudo vendidos y revendidos, con diferentes fines y, finalmente, asesinados”. Por eso considera “necesario que la acción se extienda al ámbito cultural, a la comunicación, a la educación y al compromiso en el ámbito político.



Por último, hacemos un llamamiento para que siempre sean tuteladas la dignidad y la centralidad de toda persona, en el respeto de los derechos fundamentales.
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