La comunidad palotina conmemoró un nuevo aniversario de la masacre de San Patricio
- 5 de julio, 2017
- Buenos Aires (AICA)
A 41 años de la denominada "Masacre de San Patricio", la comunidad del barrio porteño de Belgrano participó este 4 de julio de una misa en memoria de los cinco religiosos asesinados. La Eucaristía fue presidida por el párroco de San Patricio, padre Pablo Bocca SAC, y concelebrada por religiosos de la congregación. La homilía estuvo a cargo del padre Juan Sebastián Velasco SAC, quien llamó a dejar de preguntarse por qué y buscar el "para qué" de la tragedia que marcó la historia palotina. Ser mártir es ser "testigo de la fe", recordó.
La misa fue presidida por el padre Pablo Bocca SAC, párroco de San Patricio, y concelebrada por religiosos de la congregación. La homilía estuvo a cargo del padre Juan Sebastián Velasco SAC, delegado provincial y postulador de la causa de canonización de "los cinco", quien llamó a dejar de preguntarse el porqué y comenzar a cuestionarse el "para qué" de lo sucedido.
"El porqué lo responderá la justicia penal", aseguró el sacerdote, habiéndose presentado como querellantes los palotinos, en un paso que considera "importantísimo para nosotros como comunidad de consagrados".
El "para qué", sin embargo, no tiene que ver con la justicia de los hombres sino con la del Reino de Dios. En este sentido, el padre Velasco expresó que "ellos fueron elegidos, llamados aquella noche para ser testigos de la fe".
La causa de canonización abierta hace que los llamemos Siervos de Dios, como lo hizo el papa Francisco en su saludo del año pasado, explicó el sacerdote, y agregó que "es un pedido oficial del reconocimiento por parte de la Iglesia de su martirio".
"La riqueza diversa de sus vidas se vio unida por el mismo destino final. Esa era su misión, para eso habían sido llamados. No lo supieron hasta esa noche, pero los pasos que fueron dando cada uno en sus vidas siguiendo el camino de Jesús los unieron en el mismo destino martirial", aseguró, y concluyó recordando que el término mártir significa ser testigo de la fe, y que "santo no se nace, se hace andando y desandando el camino de Jesús".
Entre los saludos que llegaron a la parroquia con motivo del 41º aniversario se leyeron cartas de monseñor Daniel Alejandro Giorgi, vicario de la Zona Belgrano, y de monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar y provicario general de Buenos Aires.
La ceremonia contó con la presencia de una de las autoridades de la Sociedad del Apostolado Católico. Se trata del vicerrector general, el sacerdote polaco Józef Lasak, quien se encuentra realizando una visita canónica a la región, y dirigió unas palabras a los fieles congregados en San Patricio. El religioso aseguró que representantes palotinos de todo el mundo manifestaron estar unidos en oración, como cada 4 de julio, en recuerdo de los cinco religiosos asesinados en Buenos Aires.
Entre las actividades conmemorativas, miembros de la comunidad compartieron testimonios en una vigilia durante la noche del 3 de julio, y en la mañana del martes 4, los alumnos del Instituto Santa Rosa de Lima, en Munro, pintaron un mural con los rostros de los cinco religiosos.
Investigación judicial y querellante
La investigación judicial iniciada en 1976, suspendida en 1977 y reabierta en 1984, no pudo esclarecer el hecho, pero existen testimonios de que los autores fueron miembros de un grupo de tareas de la ex Escuela de Mecánica de la Armada.
Ahora la congregación palotina decidió ser parte querellante en la causa por delitos de lesa humanidad que investiga la Masacre de San Patricio, que forma parte de la megacausa ESMA, a cargo del juez federal Sergio Torres.
Los sacerdotes Leaden, Dufau y Kelly, y los seminaristas Barbeito y Barletti, fueron asesinados el 4 de julio de 1976 en el salón comunitario de la parroquia San Patricio, ubicada en Estomba al 1900.
Estaban tendidos sobre una alfombra en medio de charcos de sangre. Uno al lado del otro, boca abajo, con numerosos disparos en la cabeza y el tórax efectuados con cuatro pistolas Browning y una ametralladora.
En las puertas de las habitaciones los ejecutores dejaron inscripciones en las que acusaban a los religiosos de "envenenar la mente de nuestra juventud" y de "zurdos".
Sobre el cuerpo de Barbeito se encontró el cuadro, que estaba colgado en la habitación, con Mafalda señalando un bastón de policía con la leyenda "Este es el palito de abollar ideologías".+