Jubileo de los Catequistas: 'Lo central es Jesús' recordó Mons. García Cuerva
- 23 de agosto, 2025
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo los animó a revisar su misión y renovar la alegría de anunciar a Cristo: "Que podamos ser catequistas amigos de Jesús, con un vínculo vivo con Él, que también queremos animar".
Numerosos agentes pastorales provenientes de parroquias, colegios y de la Junta Catequística Arquidiocesana participaron del Jubileo de los Catequistas de Buenos Aires, que se realizó el 21 de agosto en la catedral metropolitana porteña.
La jornada comenzó con un momento de oración y culminó con la misa presidida por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva.
A la luz del Evangelio, el arzobispo animó a los catequistas a "pensar la catequesis como una boda", recordando que en una celebración nupcial lo central no son los detalles externos sino el amor de los novios: "Si queremos que la boda realmente salga bien, mucho más allá de las mesas, del ramo de la novia, del vestido y de la música, lo más importante es el amor entre los novios. Entonces quería proponer que nosotros también pensáramos la catequesis como una boda".
En su homilía, monseñor García Cuerva advirtió sobre el riesgo de distraerse en lo secundario: "Podemos pensar que lo más importante es la coreografía de las canciones, y entonces los catequistas se matan buscando un bailecito. El problema es que todo eso puede ser muy bueno, pero así como el amor entre los novios es lo central en la boda, en esta fiesta de la catequesis lo central es Jesús de Nazaret".
En este sentido, alentó a los catequistas a no perder el foco: "Está buenísimo si podemos hacer una coreografía, si cantamos bien, si hasta te animás a disfrazarte; pero lo central es Jesús".
Salir e invitar con el corazón
El arzobispo porteño reflexionó también sobre el mandato evangélico: "Me gustan estos verbos en el operativo de Jesús: 'salgan, inviten'. El peregrinaje más importante es con el corazón y con la cabeza. No podemos transmitir a Jesús con un corazón cansado, congelado, que crea que nada va a cambiar".
E invitó a los presentes a superar la rutina y los miedos: "Salir también del 'siempre se hizo así', salir de mi rol, animarme a ponerme en movimiento con el corazón, recuperar la libertad, arriesgarme a lo nuevo. Qué bueno tener catequistas que abandonan seguridades, que se animan a lo inseguro y a lo arriesgado".
Catequistas, amigos de Jesús
Monseñor García Cuerva subrayó que el anuncio de la fe está llamado a ser inclusivo: "El mensaje de Jesús es para todos, no puede excluir a nadie".
Y recordó a los catequistas que no son "profesionales de la fe", sino discípulos llamados a cultivar su vínculo personal con Cristo: "Seamos catequistas amigos de Jesús. Dejemos que el Señor toque nuestro corazón. La mejor catequesis es la Palabra de Dios, primero en la experiencia personal y luego compartida en comunidad en torno a la mesa de la Eucaristía".
Finalmente, concluyó con palabras de Aparecida: "Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos pasó en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y nuestras obras es nuestro gozo".
El arzobispo animó así a los catequistas a revisar su misión y renovar la alegría de anunciar a Cristo: "Nos viene bien pensar si somos catequistas que nos ganó el quietismo o si nos animamos a tender puentes, a salir e invitar. Que podamos ser catequistas amigos de Jesús, con un vínculo vivo con Él, que también queremos animar".+