Jueves 9 de octubre de 2025

Card. Rossi: 'Somos hijos de la Providencia: no desesperemos, confiemos mucho en ella'

  • 9 de octubre, 2025
  • Córdoba (AICA)
En la Misa del Jubileo de las Personas con Discapacidad, el arzobispo de Córdoba exhortó a vivir la caridad activa y la confianza en Dios, y a unirse a María Santísima para caminar con fe y esperanza.
Doná a AICA.org

La arquidiócesis de Córdoba concluyó la Novena Patronal Arquidiocesana en honor a Nuestra Señora del Rosario del Milagro, con la celebración del Jubileo de las Personas con Discapacidad en el Cottolengo Don Orione. Participaron diversas instituciones y comunidades que acompañan a personas con discapacidad en la arquidiócesis, entre ellas Apadim, la Escuela Especial Don Orione, la comunidad de Alegría, el Hogar San Camilo, el Cottolengo y el Centro de Día Don Orione.

Durante la celebración, que fue presidida por el arzobispo, cardenal Ángel Rossi SJla imagen de Nuestra Señora del Rosario del Milagro estuvo presente en el Cottolengo.


En su homilía, el purpurado llamó a vivir la caridad y la confianza en Dios. "Seamos apóstoles de caridad, alegrémonos del bien ajeno como si fuera nuestro propio bien; hagamos reinar la caridad con dulzura de corazón, compadeciendo, ayudándonos mutuamente, tendiendo nuestra mano y caminando juntos. Sembremos abundantemente a nuestro paso obras de bondad y de amor, y enjuguemos las lágrimas de los que lloran. Escuchemos, hermanos, el grito angustioso de tantos hermanos que sufren y buscan a Cristo; salgamos a su encuentro como buenos samaritanos y sirvamos a la verdad, a la Iglesia, a la patria, en la caridad", expresó.

"Advertimos que las bases del viejo edificio social están minadas, pero somos hijos de la Divina Providencia; ¡no desesperemos, sino más bien confiemos mucho en ella! No seamos como esos profetas de catástrofes que creen que el mundo va a acabar mañana. Es verdad que la corrupción y el mal moral son grandes, pero pienso, y creo firmemente, que el último en vencer será Dios, y Dios vencerá con su infinita misericordia", exhortó.


El cardenal invitó a confiar en la protección de María: "Hijos míos, ¡estrechémonos a María Santísima y estaremos a salvo! Invoquemos incesantemente su maternal protección y tengamos una fe viva: de María podemos y debemos esperarlo todo. Ella sola basta para otorgarnos el triunfo sobre toda tentación, sobre todo enemigo, para hacernos superar todas las dificultades, vencer las batallas más difíciles para el bien de nuestras almas. ¡Felices los que se abandonan en las manos de María!"

"La caridad está hambrienta de acción, es una actividad que conoce lo eterno y divino. La caridad no puede ser ociosa. En Dios morimos y en Dios vivimos. Y que Dios nos bendiga y le dé una gran y filial devoción a la Santísima Virgen, que tanto nos ilumina y nos consuela, y es también Madre de nuestras almas", concluyó.+