San Francisco: Aspirantes al diaconado permanente misionaron en Quebracho Herrado
- 10 de febrero, 2025
- San Francisco (Córdoba) (AICA)
Acompañados por sus familias, por el obispo, Mons. Buenanueva, y otros miembros de la comunidad, compartieron la Palabra, bendijeron hogares, acompañaron a enfermos e interactuaron con los lugareños.
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Con el lema del Año Jubilar, "Peregrinos de la Esperanza", un grupo de aspirantes al diaconado permanente de la diócesis de San Francisco, junto a sus esposas y sus familias, llevaron a cabo la Misión 2025 en la localidad de Quebracho Herrado, también en la provincia de Córdoba, acompañados por su obispo, monseñor Sergio Buenanueva, el presbítero Mario Ludueña, director de la escuela local, y dos seminaristas de la diócesis, Javier y Pablo.
Así, del 31 de enero al 2 de febrero, visitaron a personas y familias de la comunidad, llevándoles la Buena Nueva, bendiciendo los hogares, administrando la Unción a enfermos y ancianos, y compartiendo la Eucaristía con los feligreses de la zona.
En Casa Betania, lugar para retiros y encuentros que la diócesis posee en esa localidad, se compartieron momentos de formación, en los que se dialogó sobre la relación del diacono permanente con la comunidad y con el párroco. Como conclusión, se planteó, por ejemplo, que "el diácono permanente debe ser figura de armonía".
Otro tema abordado fue el de "la esposa del diácono", concluyendo que ella es una acompañante cercana a su esposo, pero conservando su libertad pastoral y personal. Además, se realizó un balance del camino recorrido a lo largo estos años, con la conclusión: "¡Vamos caminando todos juntos!"
En un clima de gran fraternidad, los participantes compartieron la Liturgia de las Horas, rezando juntos Laudes y Completas diariamente. Hubo caminatas, momentos de diversión y extendidas sobremesas, en las que se entrelazaron largas y amenas charlas, fortaleciendo los lazos fraternos y los de la comunidad.
Las familias "quebrachenses" se mostraron muy agradecidas por este tiempo compartido, que se repitió por tercer año. Los misioneros se retiraron con el corazón pleno de gracias y afecto, reconociendo que, "cuando se sale a misionar, los primeros misionados son los misioneros".+