En la séptima semana de la guerra, el arzobispo mayor de la iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Schevchuk, envió su mensaje diario y denunció los crímenes de saqueo de guerra.
El primado greco católico ucraniano advirtió que la guerra declarada por Rusia a Ucrania es "verdaderamente de exterminio total" y denunció que los ocupantes confiscan los cargamentos humanitarios.
El arzobispo greco-católico advirtió que en las ciudades y pueblos destruidos por los ataques del ejército ruso se ven "imágenes espeluznantes, aterradoras, destinos humanos destrozados".
En vuelo a Malta, Francisco respondió de ese modo a la pregunta si aceptaría una invitación de las autoridades de la capital ucraniana para visitar esa ciudad asediada por el ejército ruso.