Frente a una ola de secuestros, asesinatos y violencia, los sacerdotes nigerianos rechazan la violencia como respuesta y llaman a la oración.
Desde todo del país, cientos de sacerdotes nigerianos asistieron al funeral del sacerdote asesinado en Kaduna el pasado 25 de junio y exigieron justicia y protección al gobierno.
Los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora eran grandes "enamorados" de la Sierra Tarahumara; su último acto de valentía fue proteger a un hombre herido.
La arquidiócesis de Kaduna (Nigeria) confirmó la muerte en manos de sus secuestradores del padre Joseph Aketeh Bako, de 48 años, secuestrado junto con su hermano en la madrugada del 8 de marzo.