En el Ángelus dominical, el Papa animó a ser personas "que ya no viven para sí mismas, en la lógica de la posesión y del consumo, sino que saben hacer de su vida un don para los demás".
En su reflexión del cuarto domingo de Cuaresma, el Papa invitó a pedirle al Señor que "nos dé a todos esta mirada de misericordia, que miremos a los demás como Él nos mira a todos".
En el tercer domingo de Cuaresma, el Papa recordó que este Tiempo nos ayuda a construir un mayor sentido de hogar con Dios a través de la oración, la confianza y la intimidad.
Francisco ofreció a los fieles el propósito cuaresmal de "tener siempre ante nuestros ojos el rostro radiante de Cristo", especialmente a través de la oración y los sacramentos.