En el último Ángelus de junio, Francisco pidió también que el "Sagrado Corazón de Jesús toque los corazones de quienes quieren la guerra, para que se conviertan a proyectos de diálogo y de paz".
En la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, Francisco celebró la misa en la basílica de San Pedro, durante la que bendijo y entregó a los nuevos metropolitanos el palio arzobispal.
En el rezo del Ángelus, el Papa subrayó que el Reino de Dios no es "una caja fuerte o una cámara blindada", sino que está abierto a todos; y recordó: "Una autoridad que no es servicio, es dictadura".
Con motivo del Día del Pontífice, el secretario general del Episcopado invitó a rezar por el "Pedro argentino", que habla tan claramente sobre la misericordia de Dios y la inclusión de todos.