El arzobispo de Córdoba reflexionó sobre la síntesis del anuncio del Señor, y exhortó: amen a los otros, a los no amables, a los que nos cuesta amar, a los que no nos sale naturalmente.
El arzobispo de Córdoba recordó que "sin Jesús no podemos hacer nada, como los sarmientos no pueden hacer nada sin la vid", y remarcó la necesidad de dar testimonio en su nombre mediante el amor.
"Es una demostración de que no pastorean ni conocen a su pueblo, sino que se sirven de su pueblo y se olvidan del rebaño al que sirven", expresó en su homilía del Domingo del Buen Pastor.
El arzobispo de Córdoba planteó que el desafío como cristianos es "anunciar con nuestra vida que el Señor está vivo" y sugirió: "El gozo del anunciador será el elemento que de credibilidad al mensaje"