El Card. Rossi lamentó que los senadores se hayan subido el sueldo 'con descaro'
- 23 de abril, 2024
- Córdoba (AICA)
"Es una demostración de que no pastorean ni conocen a su pueblo, sino que se sirven de su pueblo y se olvidan del rebaño al que sirven", expresó en su homilía del Domingo del Buen Pastor.
El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, al presidir la misa del Domingo del Buen Pastor en la capilla Jesús Buen Pastor y María de la Divina Gracia, comparó a los senadores que recientemente se subieron sus dietas “con descaro” con el asalariado del Evangelio, ya que “que no pastorean ni conocen a su pueblo” y “se olvidan del rebaño al que sirven”.
El arzobispo invitó en su homilía a meditar desde las dos perspectivas: la de ser pastor y la de ser oveja. “Se dice que solo es buen pastor aquel que antes es buena oveja, es decir, que se deja cuidar por el Señor”, indicó, refiriéndose a “esa imagen tan linda que convoca, que une la ternura con la firmeza, porque el pastor cuida el rebaño y está dispuesto a dar la vida por el rebaño”.
Al preguntarse: “¿Cuál es la belleza del Señor?”, señaló que “es la belleza de amar hasta el extremo”. Por eso, señaló que el primer gran desafío es “ser oveja que se deja cuidar” y el segundo, “la gracia de ser pastores”.
Reflexionando sobre la diferencia entre el pastor y el asalariado, lamentó que “hemos tenido un ejemplo tan tristemente clarito en estos días, en ese gesto de los senadores de subirse su sueldo con ese descaro”. “Es la demostración de que no pastorean ni conocen a su pueblo, sino que se sirven de su pueblo, se olvidan del rebaño al que sirven”, apuntó.
A su vez, recordó dos imágenes, dos gestos políticos en los que la grieta desapareció tristemente: “Una es esta de estos días, que ya se dio hace unos años también, cuando casi todos se pusieron de acuerdo en subirse descaradamente el sueldo; y hace unos años, quizás todavía más triste, uno vio cómo orillas totalmente contrarias se abrazaban y se felicitaban cuando decidieron, a través de las leyes, la posibilidad de suprimir, de liquidar a través del aborto a sus hijos o a sus nietos. Allí no hubo grieta”.
Como contrapunto, describió “esta imagen del Señor pastoreando, que sale de sí, que está cerca de su gente”, y pidió “que el Señor nos dé esta gracia linda del pastoreo, que exige salir de sí mismo”.
El cardenal animó a rezar “por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que el Señor siga llamando, para que le podamos responder a ese llamado que a veces son gestos momentáneos, otras veces es la entrega de toda la vida, es el amor hasta el extremo”.
“Que cada uno de nosotros, desde nuestro propio ámbito, seamos fieles a nuestra vocación y que el Señor nos regale más vocaciones, para poder servir con humildad a nuestro pueblo a través de la ternura del pastoreo de la Virgen santísima”, concluyó.+