La guerra se convierte en una tragedia muy difícil de afrontar para los cristianos, que son minoría en el territorio, aseguró el padre Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa.
Pidió "esfuerzos incansables" para poner fin a la guerra entre Israel y Hamas, a la vez que lamentó una vez más el sufrimiento de la población civil.
Francisco llamó la atención sobre el testimonio de dos padres, ahora amigos entre sí, que perdieron a sus hijas debido a la violencia en Tierra Santa. Uno de ellos es judío y el otro, musulmán.
El párroco de Gaza, unió su voz al pedido de un "alto el fuego humanitario", ya que lamentó que "entran armas pero no alimentos y los niños están condenados a muerte por inanición".