Domingo 24 de noviembre de 2024

La Santa Sede instó a proteger eficazmente a los civiles en zonas de guerra

  • 24 de mayo, 2024
  • Nueva York (Naciones Unidas) (AICA)
El Observador Permanente de la Santa Sede denunció los ataques a infraestructuras civiles, el uso de armas indiscriminadas en zonas pobladas y los ataques contra personal humanitaria.
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La Santa Sede reiteró su llamado urgente a la protección efectiva de quienes enfrentan mayores riesgos durante el conflicto, incluido el personal humanitario, los trabajadores de la salud, el personal religioso, los periodistas, las personas desplazadas, las mujeres, los niños y las personas con discapacidad.

Hablando el miércoles 22 de mayo, en un debate abierto del Consejo de Seguridad en Nueva York, con motivo del 25º aniversario de la Resolución 1265 de la ONU, el observador permanente del Vaticano ante la organización, el arzobispo Gabriele Caccia, destacó que con el dramático aumento de los conflictos en todo el mundo, la protección de los civiles es hoy más urgente que nunca.

En su discurso, el arzobispo Caccia destacó el hecho de que en la guerra moderna ningún lugar es ahora un refugio seguro para los civiles: las infraestructuras civiles como escuelas, hospitales y lugares de culto se han convertido en “objetivos devastadores, que afectan desproporcionadamente las vidas de los inocentes e indefensos”.

En este sentido, el Observador del Vaticano pidió una protección particular de los lugares de culto en zonas de conflicto, señalando que estos lugares no son simplemente lugares de oración, sino que también sirven como lugares de asistencia y protección para los necesitados.

Uso de armas indiscriminadas en zonas pobladas
En segundo lugar, el Observador del Vaticano reiteró los repetidos llamamientos de la Santa Sede para que cese la producción, el almacenamiento y el uso indiscriminado de armas, como minas terrestres, municiones de racimo y armas explosivas en zonas pobladas. Si bien elogió al Servicio de Acción contra las Minas de la ONU por su trabajo, instó a la implementación de la Declaración Política sobre el Uso de Armas Explosivas en Zonas Pobladas.

Finalmente, el arzobispo Caccia reafirmó la fuerte condena de la Santa Sede a cualquier intento de obstruir la entrega de suministros como alimentos, agua y medicinas a quienes sufren los impactos de la guerra, así como los ataques indiscriminados contra el personal humanitario y médico que pone en peligro sus vidas para ayudar a la población sobre el terreno.+