Jueves 21 de noviembre de 2024

La guerra oscurece el futuro de los cristianos en Tierra Santa

  • 9 de abril, 2024
  • Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
La guerra se convierte en una tragedia muy difícil de afrontar para los cristianos, que son minoría en el territorio, aseguró el padre Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa.
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“Los cristianos de Gaza, Cisjordania e Israel sufren con sus compañeros de camino y de destino pertenecientes a otras comunidades de fe. Y la guerra arroja también nuevas sombras sobre la permanencia futura de las comunidades de bautizados en la tierra de Jesús”: así lo manifestó el padre Ibrahim Faltas, franciscano egipcio, vicario de la Custodia de Tierra Santa.

“Se trata de una porción de la humanidad herida que, en el tiempo de la prueba, da testimonio de su fe mendicante, incluso en los gestos sencillos de compartir el dolor y el sufrimiento”, añadió el franciscano en declaraciones a la Agencia Fides.

El padre Faltas explicó que, “en Gaza, unos ochocientos cristianos encontraron refugio en la parroquia de la Sagrada Familia, otros doscientos en la iglesia greco-ortodoxa. Muchos murieron, los sobrevivientes lo perdieron todo. Tienen que compartir el mismo espacio para todas sus necesidades, y escasean los alimentos, el agua, los medicamentos. Hace unos días me impresionó la sonrisa del vicepárroco, que me enseñó unas manzana rojas, las primera frutas que se veían tras seis meses de guerra y que estaba repartiendo entre los feligreses”.

La situación en en Cisjordania e Israel
En Cisjordania, contó el vicario de la Custodia de Tierra Santa, los cristianos, que se dedican principalmente al turismo, no tienen trabajo debido a la falta de peregrinaciones. “No ven futuro para sus familias y a muchos les gustaría abandonar Tierra Santa. También en Israel, las comunidades cristianas viven y sufren las consecuencias de la guerra. En el norte, en Nazaret y Galilea, están muy cerca de otro frente de guerra. Sin embargo, todos los cristianos de Tierra Santa están dando testimonio de su fe de manera ejemplar”.

Lamentó asimismo la falta de comunicación entre las distintas comunidades cristianas: “Desgraciadamente, dijo, las comunidades cristianas de Tierra Santa no pueden tener contacto entre sí, a pesar de la proximidad física de estos lugares. Ya estaban sometidas a tantas restricciones antes de la guerra y, durante los últimos seis meses, ha sido imposible pensar en iniciativas para apoyar a Gaza. Gracias a Dios, la tecnología ha hecho posible que tengamos noticias unos de otros y que podamos sostenernos mutuamente en la oración”.

Los niños, las primeras víctimas
El padre Faltas lamentó que los niños, como todos los niños del mundo, “son las primeras víctimas de estas atrocidades”, y describió la triste realidad en la que “millares han perdido la vida, otros miles siguen bajo los escombros, otros han sufrido graves amputaciones y muchos llevarán de por vida las marcas físicas y morales de la guerra”, y se preguntó: “¿Quién borrará el trauma psicológico de los niños, de todos los niños, independientemente de su nacionalidad o creencia religiosa?” 

Al respecto, contó que, desde enero, unas 160 personas, sobre todo niños y sus acompañantes de Gaza, pudieron llegar a Italia, y están siendo atendidos en hospitales italianos, “debemos dar las gracias a la generosidad del pueblo italiano”, subrayó.

Semana Santa en Jerusalén
“En Jerusalén, hemos vivido una Santa Pascua sin peregrinos y sin los cristianos de Cisjordania, a los que no se les permitió salir y participar en las celebraciones de Pascua en la Ciudad Santa. El clima es triste y la esperanza se está desvaneciendo”, dijo el franciscano. 

Y explicó que “los cristianos, especialmente en Cisjordania, sufren muchas restricciones y la falta de trabajo es fuente de gran preocupación. Resulta especialmente llamativa la falta de confianza en el futuro de los jóvenes, la tristeza de no poder construir sus vidas en la tierra que les vio nacer”.

El apoyo del Papa Francisco
Faltas agradeció también los llamamientos del Papa Francisco, que “apoyan y dan fuerza a los cristianos de Tierra Santa y no sólo a los cristianos”, destacó, y subrayó que “fue el primero y, durante mucho tiempo, el único en pedir un alto el fuego”. 

El sacerdote egipcio describió al Santo Padre como “un hombre de paz” que “sufre mucho por la guerra”, y agradeció la carta que envió a los cristianos de Tierra Santa con motivo de la Pascua:“Brilla la ternura de un buen padre que sufre por sus hijos. Espero que los poderosos de la tierra acojan de forma concreta sus llamamientos en favor de la paz, la verdad y la justicia”, expresó.

El vicario de la Custodia de Tierra Santa apeló por último a la comunidad internacional: “Tiene que intervenir, para intentar llevar la paz a esta parte del mundo tan necesitada de paz”, y señaló que “sólo con una intervención real y concreta de la comunidad internacional será posible volver a las negociaciones. A pesar de las recientes resoluciones de alto el fuego, sigo sin ver cerca la posibilidad de una solución definitiva a esta guerra devastadora”, lamentó.

El padre Ibrahim concluyó elevando su plegaria a Dios: “El Señor es grande y misericordioso y sostiene a esta humanidad herida. Lo veo en los ojos de los niños y los desvalidos de esta Tierra Santa atormentada. Lo veo en los gestos sencillos, al compartir el dolor y el sufrimiento. Esta es la fuerza de la fe de los cristianos de Tierra Santa. Su vida aquí es un testimonio continuo, y hay que seguir apoyándolos”, concluyó.+