Los prelados de la arquidiócesis de Corrientes -Mons. Stanovnik, Mons. Larregain y Mons. Castagna- se suman al reclamo del pueblo, orando y bregando contra la trata de personas.
El arzobispo emérito aseguró que la misa y la adoración eucarística constituyen "la autopista al cielo" y destacó que los congresos eucarísticos son "oportunidades para el acrecentamiento de la fe".
El arzobispo consideró que, para resolver las situaciones afligentes que el mundo contemporáneo se empeña en generar, es necesario avivar la conciencia de que "Cristo es el legítimo Pastor".
"No creemos de verdad, si no damos testimonio", subrayó el arzobispo emérito y consideró: "Toda expresión apologética necesita más la fe sincera del apologeta que su lúcida exposición doctrinal".