En vísperas de la Navidad, el Papa animó a "experimentar el amor fecundo de Dios acogiendo, protegiendo y respetando a los demás, haciéndonos nosotros mismos, para los demás, 'sombra del Altísimo'".
El Papa pidió que Dios "infunda humanidad en el corazón de los hombres" y dirigió su pensamiento a quienes "sufren a causa de la miseria, el hambre y la esclavitud".
"Se puede- y como cristianos debemos- celebrar con sencillez, sin despilfarros, y compartiendo con quienes carecen de lo necesario o les hace falta la compañía", aseguró el Pontífice.
El cardenal neozelandés falleció el viernes 22 de diciembre, a los 9 años. El pontífice recordó su gran contribución a la Iglesia en Oceanía.