Viernes 22 de noviembre de 2024

El desempleo es una herida a la dignidad humana, lamenta el Papa

  • 13 de diciembre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Lo expresó en un mensaje a los participantes de la segunda edición de "LaborDì: un taller para generar empleo", promovido por las asociaciones cristianas de trabajadores italianos.
Doná a AICA.org

El Papa Francisco denunció el impacto de la precariedad laboral, especialmente entre los jóvenes, en un mensaje difundido hoy por el Vaticano.

“Los contratos de duración determinada, los empleos de corta duración que impiden la planificación de la vida, los bajos ingresos y la escasa protección parecen las paredes de un laberinto del que no hay salida”, advirtió, dirigiéndose a los participantes de 'LaborDì: un taller para generar empleo', iniciativa promovida por la ACLI de Roma (Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos).

Comparando el mundo del trabajo con una bulliciosa obra en construcción, el pontífice dijo que esa realidad representa tanto el potencial de crecimiento y progreso como los desafíos inminentes que enfrentan los jóvenes. Por un lado, da una sensación de búsqueda del éxito, por el otro, el vacío que se experimenta cuando prevalece el desempleo o la inestabilidad laboral.

El vacío del desempleo
El Papa condenó lo que llamó un "vacío de trabajo" que plaga las vidas de tantas personas, especialmente de los jóvenes, y dijo que la ausencia de empleo constituye una herida a la dignidad humana.

También reflexionó sobre el efecto desestabilizador del empleo precario, por el que las personas se encuentran en un terreno inestable, equilibrando entre pasantías, puestos temporales y trabajos a tiempo parcial.

Al invitar a la sociedad a reconocer el impacto perjudicial de tales incertidumbres en los jóvenes, que llevan a muchos a darse por vencidos o a buscar oportunidades en otros lugares, dijo que en la esencia del trabajo hay “una vocación única e irremplazable a la esperanza”.

En su mensaje, el Santo Padre menciona las luchas que enfrentan los jóvenes, obligados a luchar por sus derechos incluso antes de ingresar al mundo laboral.

Cuestionó la viabilidad de ingresar dignamente a la "obra de trabajo", cuando el camino por la educación y la especialización exige una batalla constante por las necesidades básicas.

También lamentó la sensación de vacío que desalienta a muchos de perseguir sus sueños y enfatizó la necesidad de una orientación de apoyo para navegar por las incertidumbres del mercado laboral.

“Queridos jóvenes, es necesario que alguien les tome de la mano y les ayude a superar esta precariedad y sensación de vacío, salvándolos de las arenas movedizas de la inseguridad”, dijo, expresando su apoyo a la iniciativa “LaborDì”.

Trabajo excesivo
El Papa no dejó de reflexionar sobre otra situación extrema del mundo del trabajo: la presión y el estrés abrumadores asociados a los entornos laborales acelerados de hoy.

Denunció también la mercantilización del trabajo, donde la presión constante, los ritmos forzados y la búsqueda de ganancias a cualquier costo se vuelven comunes, y destacó los peligros de un entorno laboral cada vez más deshumanizado, amenazado por la invasión de tecnologías modernas, como la inteligencia artificial y la robótica.

A pesar de los desafíos, el Santo Padre animó a los participantes de "LaborDì" a no perder la esperanza, y elogió su proyecto de fomentar una "visión generativa" y promover apoyos concretos para ayudar a los jóvenes a comprender el mercado laboral, aprovechar las oportunidades y adquirir las habilidades necesarias.

También destacó el papel de la iglesia, que colabora con instituciones educativas, organismos gubernamentales, el tercer sector, sindicatos, asociaciones, empresarios y empresas, para crear un tejido estable y establecer conexiones duraderas.

"Ojalá abran obras de esperanza y permitan a muchos jóvenes abrazar la belleza del trabajo digno", concluyó.+