En su mensaje de febrero, el pontífice las invita a poner un cartel que diga "Entrada libre" y a que sean realmente comunidades: centros de escucha, de acogida y con las puertas siempre abiertas.
Francisco expresó su preocupación por la situación en Jerusalén y en Gaza, tras los asesinatos de palestinos en acciones militares antiterroristas israelíes y de judíos al salir de una sinagoga.
El Papa reflexionó sobre los "bienaventurados", invitando a aprender de los pobres de espíritu, que reconocen el bien que viene de Dios y atesoran lo que reciben sin desperdiciarlo.
Exhortó así a los presbíteros de la pastoral juvenil barcelonesa: "No echen raíces, ni en el grupo al que pertenecen, ni en la responsabilidad que tengan, vivan en una sana indiferencia".