Fue uno de los grandes profetas que vivió 800 años antes de Cristo. Tuvo la misión de llamar la atención del pueblo de Israel que junto con su rey Acab se había entregado al culto de Baal. Elías anunció como castigo una prolongada sequía, a la que puso fin tres años después, orando en el monte Carmelo. Durante los tres años de sequía Elías se refugió en una gruta donde era alimentado por un cuervo. Se enfrentó con los sacerdotes de Baal, en presencia de quienes hizo descender fuego del cielo que destruyó el altar del ídolo, por lo que fue perseguido por la reina Jezabel. La Escritura dice que Elías fue envuelto en un torbellino que lo arrebató de la tierra y lo condujo al cielo en un carro de fuego.